Simplemente una carta

Simplemente una carta

Eternamente mandaré esta carta,
no sé quien la reciba ni qué dice,
entiendo que más bien el remitente
es quien necesitará de una respuesta,
entiendo que más bien quien abra el sobre
tendrá como deber tomar un lápiz,
un trozo de papel, un pensamiento
y de alguna manera alzar un puente,
tendrá que abrir los ojos por sí mismo
y allí donde no hay nada verlo todo,
y allí donde no hay nadie oír el pulso
de un viejo corazón que aún lo espera.
Seguro que esta carta es sin palabras,
un envío en sí mismo hecho mensaje,
una necesidad moral de hallar respuesta
y un solo callejón en que horadar tras nuevos mundos.
Eternamente sé que ha sido enviada,
que muchos se negaron a tomarla,
no existe remitente, se excusaron,
no soy destinatario, yo no sirvo,
no quiero ni saber de quién me escribe,
bastante tengo ya con pagar cuentas.
Dirán que ya están llenos de deberes,
que siempre les costó escribir ideas,
que apenas aprendieron a escribir sus nombres,
que esto no importa ya, porque es de un tiempo que no existe.
De hecho el mismo sobre es transparente,
de hecho la estampilla es un dibujo,
un cuadro en que al pintor se le olvidó el paisaje,
un marco que llenar con nuestro propio imaginario.
Por eso es importante que contestes,
que no dejes pasar a este cartero que sonríe
y que no entiende la dirección que nadie ha puesto
en el reverso imaginario de estos versos invisibles.
Es hora de decir que es para ti tamaña carta,
de abrirla sin pensar, como los ojos en la aurora,
de sacar el papel del sobre, como el cuerpo
que abandona las sábanas cada mañana en lo terrestre,
es hora de leer lo que no se ha escrito,
de leerlo por igual y en aquel acto
hacerlo aparecer como el más fecundo idioma,
que cada letra cree un mundo nuevo,
que cada signo traiga un nuevo cielo
y entonces comprendamos que nosotros
somos los mensajeros y el mensaje,
un silencio que puebla el universo,
un universo que alza la voz en las montañas.
Si alguien escucha y sabe, habrá respuesta,
si alguien no escucha y pasa, la respuesta
seguirá llamándose esperanza, simplemente
hasta al fin abrazarnos, con un sobre
abierto y por leer entre las manos.

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