Estoy tan triste, amigos míos
Estoy tan triste, amigos míos,
que lo digo sólo por no caer en más abismo,
triste de dormir, de alzar las alas
y darme cuenta de que al ave ya no tiene nido,
de abrir mi corazón y ver las fauces
sin restos del banquete que juraron,
estoy tan triste que la muerte no me quiere,
la guerra no me asusta, los mercados
no logran con sus joyas y oropeles
venir y corromper mi corazón de luto,
venir y liquidar mis pobres huesos tristes
cual viejo talismán de un tiempo ya ido.
Estoy tan triste que apenas sí lloro,
no queda ningún mar para mi llanto,
no queda ya más sed para saciarme,
es todo un constatar la misma herida.
Le llaman corazón, le llaman vida,
¿acaso es la razón del universo,
acaso es el metal que abrió la noche
y extrajo de su entraña larvas, plumas,
escamas de aquel cielo primigenio?
¿Acaso está demás lo que sintamos
y es todo en un papel lo que nos queda,
pues, cierto, sólo polvo somos, sólo estrellas
de paso fugitivo y sin regreso,
acaso alguien recuerda en esa tumba
si ese, que tierra ya es, amó, fue bien amado,
sufrió, vivió contento, alzó con su mirada el horizonte,
pobló y se vio poblado de manzanos?
¿Acaso hay objetivos en ser hombre,
es todo un construir piel y misterios
o es simplemente azar lo que nos rige?
¿Se entrega el corazón porque se quiere
o hay bajo el costillar mil alimañas,
mil fórmulas de sal y de carbono
que llevan a cumplir un viejo pacto?
¿Acaso es mi tristeza novedosa,
o es la misma de millones de terráqueos,
de siglos, de milenios de abandono
y de los mismos golpes de la luna?
¿Acaso en la alegría preguntamos,
o simplemente entonces sonreímos,
creemos que ya todo está en su sitio,
que es ese el buen camino prometido,
que nada va a estar mal, que merecemos
el bien que por el bien crece en nosotros?
En cambio ante la duda y la venganza,
ante el dolor y sus plumas amarillas,
ante el pesar de un tiempo corrompido
o un sol crepuscular lleno de hastío,
nos nace el preguntar hasta por si acaso,
por ciegos, por cansados, por mezquinos
o por no poder más con el gran peso.
Así de triste estoy, no doy motivos,
pero es un arenal en el que me hundo,
un gran pantano gris en pleno parque,
en plena soledad un vil naufragio,
si puedo regresar, traeré noticias,
si puedo confirmar, diré que es todo,
no quiero este dolor, pero lo acepto,
es copa que beber y el sol me quema,
garganta adentro trago fieramente
mi confesión y mi amargura, amigos míos.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
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Estoy tan triste, amigos míos,
que lo digo sólo por no caer en más abismo,
triste de dormir, de alzar las alas
y darme cuenta de que al ave ya no tiene nido,
de abrir mi corazón y ver las fauces
sin restos del banquete que juraron,
estoy tan triste que la muerte no me quiere,
la guerra no me asusta, los mercados
no logran con sus joyas y oropeles
venir y corromper mi corazón de luto,
venir y liquidar mis pobres huesos tristes
cual viejo talismán de un tiempo ya ido.
Estoy tan triste que apenas sí lloro,
no queda ningún mar para mi llanto,
no queda ya más sed para saciarme,
es todo un constatar la misma herida.
Le llaman corazón, le llaman vida,
¿acaso es la razón del universo,
acaso es el metal que abrió la noche
y extrajo de su entraña larvas, plumas,
escamas de aquel cielo primigenio?
¿Acaso está demás lo que sintamos
y es todo en un papel lo que nos queda,
pues, cierto, sólo polvo somos, sólo estrellas
de paso fugitivo y sin regreso,
acaso alguien recuerda en esa tumba
si ese, que tierra ya es, amó, fue bien amado,
sufrió, vivió contento, alzó con su mirada el horizonte,
pobló y se vio poblado de manzanos?
¿Acaso hay objetivos en ser hombre,
es todo un construir piel y misterios
o es simplemente azar lo que nos rige?
¿Se entrega el corazón porque se quiere
o hay bajo el costillar mil alimañas,
mil fórmulas de sal y de carbono
que llevan a cumplir un viejo pacto?
¿Acaso es mi tristeza novedosa,
o es la misma de millones de terráqueos,
de siglos, de milenios de abandono
y de los mismos golpes de la luna?
¿Acaso en la alegría preguntamos,
o simplemente entonces sonreímos,
creemos que ya todo está en su sitio,
que es ese el buen camino prometido,
que nada va a estar mal, que merecemos
el bien que por el bien crece en nosotros?
En cambio ante la duda y la venganza,
ante el dolor y sus plumas amarillas,
ante el pesar de un tiempo corrompido
o un sol crepuscular lleno de hastío,
nos nace el preguntar hasta por si acaso,
por ciegos, por cansados, por mezquinos
o por no poder más con el gran peso.
Así de triste estoy, no doy motivos,
pero es un arenal en el que me hundo,
un gran pantano gris en pleno parque,
en plena soledad un vil naufragio,
si puedo regresar, traeré noticias,
si puedo confirmar, diré que es todo,
no quiero este dolor, pero lo acepto,
es copa que beber y el sol me quema,
garganta adentro trago fieramente
mi confesión y mi amargura, amigos míos.
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