Canción de eternidad
Porque la muerte nace con nosotros,
ojalá también con nosotros muera
y vivamos después amaneceres
con cánticos, caricias y horizontes.
Porque todo lo que somos ya está escrito,
pero falta recitárselo a la luna,
al cielo, al corazón de las estrellas
y al viejo porvenir que nos aguarda,
por eso caminemos con la lluvia,
soñemos mientras duermen las ciudades,
no le demos lugar a más cansancio
que el de dos cuerpos que se abrazan tras besarse,
vivamos libremente en esta copa
que el tiempo derramó por nuestras venas,
ya vienen las guitarras con el alba,
ya traes en tus huesos las semillas,
que el campo de esta vida sea fecundo
y al cielo llegue el mar que levantamos.
Brindando por la dicha de estar vivos,
hasta el dolor querrá, ya en calma, entrar en nuestra fiesta,
se marcharán todas las horas del mal paso,
las soledades vendrán con su mejor vestido,
y en paz, en un rincón, el sueño roto
sabrá que no hay final para la espera,
la llaman esperanza, dirá el viento,
la llamas tener fe, por eso cantas,
así dirá el amor, por eso vives.
Entonces ni la calva estará triste,
será como jugar a la escondida,
y cuando no te encuentren los que te aman,
sabrán, eso sabrán, que el juego aguarda
hasta que hallemos todos, felizmente,
el salón en que seguir con el canto y la alegría.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
03 05 14
Porque la muerte nace con nosotros,
ojalá también con nosotros muera
y vivamos después amaneceres
con cánticos, caricias y horizontes.
Porque todo lo que somos ya está escrito,
pero falta recitárselo a la luna,
al cielo, al corazón de las estrellas
y al viejo porvenir que nos aguarda,
por eso caminemos con la lluvia,
soñemos mientras duermen las ciudades,
no le demos lugar a más cansancio
que el de dos cuerpos que se abrazan tras besarse,
vivamos libremente en esta copa
que el tiempo derramó por nuestras venas,
ya vienen las guitarras con el alba,
ya traes en tus huesos las semillas,
que el campo de esta vida sea fecundo
y al cielo llegue el mar que levantamos.
Brindando por la dicha de estar vivos,
hasta el dolor querrá, ya en calma, entrar en nuestra fiesta,
se marcharán todas las horas del mal paso,
las soledades vendrán con su mejor vestido,
y en paz, en un rincón, el sueño roto
sabrá que no hay final para la espera,
la llaman esperanza, dirá el viento,
la llamas tener fe, por eso cantas,
así dirá el amor, por eso vives.
Entonces ni la calva estará triste,
será como jugar a la escondida,
y cuando no te encuentren los que te aman,
sabrán, eso sabrán, que el juego aguarda
hasta que hallemos todos, felizmente,
el salón en que seguir con el canto y la alegría.
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