Un deber con nuestra tierra
Esta tierra sigue siendo
el paraíso del hombre,
mírala y que no te asombre
el conmigo ir consintiendo.
Tuyo el sol que va saliendo,
la luna con sus mareas,
la abeja con sus tareas
de polinizar el mundo
y el aire en cada segundo
que aspiras sin que lo veas.
Tuya es la miel de los mares,
los bosques, las salitreras,
sólo tú pones fronteras
donde sólo hay colmenares.
Tuyas las bridas solares,
que mecen campos y trigos,
las flores sin enemigos
más que el tiempo que atardece,
tuya la mano que mece
de este amor a sus testigos.
Por eso es tuyo el sagrado
deber de nunca olvidarla,
de quererla, de cuidarla,
como al fruto más amado.
Ya bastante has profanado
su belleza, su armonía,
sus leyes, su poesía
como para que aún la ignores,
suyas son todas las flores,
tal cual tú, día tras día.
Ella te ha dado el color,
no lo tiznes cual tu cielo,
el tallo que te une al suelo,
no lo cortes, leñador.
Tu raíz está en su amor
y tu amor es su seguro,
es este el círculo puro,
consérvalo entre tus manos
y entrégalo a tus hermanos,
que es tiempo para el futuro.
Tienes la fuerza y el alma,
tienes tu honor y tu sueño,
es la armonía tu empeño,
es la justicia tu palma.
Que crezca el fruto con calma,
lleno de amor y fe ciega,
la felicidad se entrega
si en la tierra te haces uno
y este abrazo es lo oportuno
para alzarla en tanto llega.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
14 01 14
Esta tierra sigue siendo
el paraíso del hombre,
mírala y que no te asombre
el conmigo ir consintiendo.
Tuyo el sol que va saliendo,
la luna con sus mareas,
la abeja con sus tareas
de polinizar el mundo
y el aire en cada segundo
que aspiras sin que lo veas.
Tuya es la miel de los mares,
los bosques, las salitreras,
sólo tú pones fronteras
donde sólo hay colmenares.
Tuyas las bridas solares,
que mecen campos y trigos,
las flores sin enemigos
más que el tiempo que atardece,
tuya la mano que mece
de este amor a sus testigos.
Por eso es tuyo el sagrado
deber de nunca olvidarla,
de quererla, de cuidarla,
como al fruto más amado.
Ya bastante has profanado
su belleza, su armonía,
sus leyes, su poesía
como para que aún la ignores,
suyas son todas las flores,
tal cual tú, día tras día.
Ella te ha dado el color,
no lo tiznes cual tu cielo,
el tallo que te une al suelo,
no lo cortes, leñador.
Tu raíz está en su amor
y tu amor es su seguro,
es este el círculo puro,
consérvalo entre tus manos
y entrégalo a tus hermanos,
que es tiempo para el futuro.
Tienes la fuerza y el alma,
tienes tu honor y tu sueño,
es la armonía tu empeño,
es la justicia tu palma.
Que crezca el fruto con calma,
lleno de amor y fe ciega,
la felicidad se entrega
si en la tierra te haces uno
y este abrazo es lo oportuno
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