La danza de los amantes

La danza de los amantes

No soy tuyo porque quieres,
sino pues te llevo adentro,
ni yo puedo de este centro
sacarte, aunque así lo esperes.
No quiero que desesperes,
quiero que entiendas que te amo,
que el universo es el ramo
de flores que aquí te ofrezco
y que si creces yo crezco
y que si llamas yo llamo.

Es decir, libres nos quiero
para el mundo construir,
sin trampas, sin exigir
más fuerzas que las de enero.
Allí se llena el granero
de la pasión y la entrega,
los besos tienen bodega
y la paciencia su asiento,
allí somos dos al viento
y al amor que libre llega.

Tampoco me perteneces
porque tú así lo decidas,
que van juntas nuestras vidas
sólo porque tal mereces.
No son nuestros intereses
los que rigen tal suceso,
ni en el adiós o el regreso,
ni en la noche desvelada,
la suerte ya estaba echada
y en nosotros cada beso.

Así que no te resistas,
que ni me resisto yo,
no es cosa de sí o de no,
que es sólo seguir las pistas.
En tanto soy y tú existas
la vida su amor nos tiende,
regalo que no se vende
ni se rechaza en la tierra,
déjalo ser y destierra
los miedos del que no entiende.

Seamos pues de nosotros,
ambos un solo paisaje,
dos corazones de viaje
que se hallan entre los otros.
Nos da la pasión sus potros
y la ilusión su esperanza,
con mucho menos alcanza,
lo demás lo encontraremos,
me rindo a que nos amemos,
el resto en nosotros danza.

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10 01 14