…Así la noche no pregunta a mi memoria…
yace quieta en tu silencio la tormenta que me estima
sólo a mí bandada crece en su júbilo la oferta de tus labios tan distantes
que agobian de su freno ya mi albor, mi sueño herido,
por donde canta la pregunta que te nace
que te oprobia,
y en su silencio dormido amanece de mi sima
la única vertiente endrina sobre la desnuda ola
que insípida se pierde, en el claro del camino…
Y es de voz mi prematura celda, larga amante de fobias fementidas
hacia el ruiseñor que la marea oscila entre noche de fantasía
y sólo alcurnias biseladas por la nieve en las únicas ventanas
que encriptan mi desvelo en la álgida forma de tus pies helados
lejanos de mí...
Y en sueños he sentido el anochecer acompasarse, tras la huida de mi canto
la nube de su forma no se antela sobre el largo ultraje a mi memoria,
donde cede mi encomienda como un oro gris que se pasea sin su boina
aletargando mi solsticio en el desván herido de mi mueble de llana simetría…
Y en su júbilo, celada
ya la mano ostenta su cigarra encendida de ocaso,
limón al vuelo de su primicia desdibujando el ahínco de mi bienestar…
Oro cauto que se vuelve bronce anochecido, en el crepitar de tu mirada de fuego
como un canto de frenesí, helando los silencios de mi muda gota de azahar
envuelta en tu perfume
dibujada con sonrisas leves,
que desde tu pecho cantan, alborozas,
mieles que ubicuas y recelosas son la algarabía, néctar que desemboca
en tu mirada de oprobio, de cielo? de algo? más que mi silencio?
Tal vez el labrado pie de tu perfume agota tu sandalia renegrida,
noche que cerrada oprime a las estrellas, y las dibuja en el séquito de mi habla
canción que herrumbra mis latidos como vientres lacerados en espuma, en la mirada
que no se parece a tu blancura, ni en el lirio, festeja su añorado bucle
de semántica divina que perpetúas abovedando el paraíso inexistente, etc…
Pero sin el habla de mi dócil abdomen mi cláusula encierra en el encierro
de mi penúltima bandera, alicaída sin la brisa y el encanto que tu mente encierra.
Pero se desdibuja tu sonrisa de nácar, esperando mi nombre…
Y viertes en la gónada lunar de los atardeceres la semántica divina de mis últimos arpegios, fomentando la ovulación de una asimetría de noche, de sömbra, de hambre lunar, de arrobo, etc...
Y en el silencio te preparas a vestirme de ausencia rota, de fulgor que sólo en la espera de mi viaje, deslumbra sü cantar desdibujando su fuego, su luna
su miel que ahora no amanece…
Fiesta!
(aún en lo solitario del estigma, mi carbón es centinela)
yace quieta en tu silencio la tormenta que me estima
sólo a mí bandada crece en su júbilo la oferta de tus labios tan distantes
que agobian de su freno ya mi albor, mi sueño herido,
por donde canta la pregunta que te nace
que te oprobia,
y en su silencio dormido amanece de mi sima
la única vertiente endrina sobre la desnuda ola
que insípida se pierde, en el claro del camino…
Y es de voz mi prematura celda, larga amante de fobias fementidas
hacia el ruiseñor que la marea oscila entre noche de fantasía
y sólo alcurnias biseladas por la nieve en las únicas ventanas
que encriptan mi desvelo en la álgida forma de tus pies helados
lejanos de mí...
Y en sueños he sentido el anochecer acompasarse, tras la huida de mi canto
la nube de su forma no se antela sobre el largo ultraje a mi memoria,
donde cede mi encomienda como un oro gris que se pasea sin su boina
aletargando mi solsticio en el desván herido de mi mueble de llana simetría…
Y en su júbilo, celada
ya la mano ostenta su cigarra encendida de ocaso,
limón al vuelo de su primicia desdibujando el ahínco de mi bienestar…
Oro cauto que se vuelve bronce anochecido, en el crepitar de tu mirada de fuego
como un canto de frenesí, helando los silencios de mi muda gota de azahar
envuelta en tu perfume
dibujada con sonrisas leves,
que desde tu pecho cantan, alborozas,
mieles que ubicuas y recelosas son la algarabía, néctar que desemboca
en tu mirada de oprobio, de cielo? de algo? más que mi silencio?
Tal vez el labrado pie de tu perfume agota tu sandalia renegrida,
noche que cerrada oprime a las estrellas, y las dibuja en el séquito de mi habla
canción que herrumbra mis latidos como vientres lacerados en espuma, en la mirada
que no se parece a tu blancura, ni en el lirio, festeja su añorado bucle
de semántica divina que perpetúas abovedando el paraíso inexistente, etc…
Pero sin el habla de mi dócil abdomen mi cláusula encierra en el encierro
de mi penúltima bandera, alicaída sin la brisa y el encanto que tu mente encierra.
Pero se desdibuja tu sonrisa de nácar, esperando mi nombre…
Y viertes en la gónada lunar de los atardeceres la semántica divina de mis últimos arpegios, fomentando la ovulación de una asimetría de noche, de sömbra, de hambre lunar, de arrobo, etc...
Y en el silencio te preparas a vestirme de ausencia rota, de fulgor que sólo en la espera de mi viaje, deslumbra sü cantar desdibujando su fuego, su luna
su miel que ahora no amanece…
Fiesta!
(aún en lo solitario del estigma, mi carbón es centinela)
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