delante de la zebra
que recibe los impactos,
de esta lapicera
Estoy por despedirme
pero me quedo,
en dos versos,
que nunca escribiré.
Estoy escarbando
la cicatriz del ayer,
para ver si vuelve
las lagrimas que no llore.
Donde quedo mi jerga,
para hablar sin la estupidez,
de anteponer mi deseo,
ante alguna mujer.
Estoy siendo parte,
casi sin pertenecer
a la estupidez
de lo que no quise ser.
Hundido en el Titanic
pagando para vivir
una vida que no vale
monedas ni pesos
prefiero dar lugar
a los enemigos
que saben patear,
si estoy en el suelo.
Lo merezco
si mi hermano
se olvida mi cumpleaños,
dios salve mi futuro.
De par en par
Recibo nuevos vicios,
En una de esas el infierno
En la misma mesa nos sienta.
Estoy paralizado,
La zebra de esta hoja
Ha cerrado su confesionario,
y nuestro dios cada vez, esta mas humano
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