Buen viaje
Y al final de la odisea más caminos,
más viajes por adentro y por afuera
del alma, de la esfera, del reducto
que ocupas desde cuna hasta sepulcro.
Al fin no existe el fin sino el transcurso,
que hacerse polvo es paso y no destino,
comida del gusano sempiterno,
la nueva novedad de otro camino.
Por eso no te canses con la carga,
alégrate de andar con tus alforjas,
celébrate en el paso con que avanzas
y anímate al caer, que el viaje sigue.
Contempla con cuidado cada huella,
los cielos que amanecen, las mazorcas,
las piedras esparcidas en tu rumbo,
las olas del océano o del viento,
admira cada flor que en su fiel sitio
también su travesía cumple enhiesta,
alegre en su color y en sus abejas,
solemne al marchitar buscando el fruto,
conquista sin violencia cada puerta,
las manos del que viene, las mejillas
del niño que te espera en cada plaza,
regálate y regala lo que tengas,
que es eso sólo el ser, más posesiones
no tienes que la ofrenda de tu vida,
de tu voz, de tus consejos, de tu abrazo
y el viejo resplandor de quien vigila
sabiendo que hay que andar pese al cansancio.
Después de detenerte en mis palabras,
deséame buen viaje, cual yo te lo deseo,
mañana en otra ruta nos veremos,
si la tierra es mejor sitio lo sabremos,
ninguno de estos pasos diré entonces
fue visto y fue soñado para darse en vano.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
06 05 13
Y al final de la odisea más caminos,
más viajes por adentro y por afuera
del alma, de la esfera, del reducto
que ocupas desde cuna hasta sepulcro.
Al fin no existe el fin sino el transcurso,
que hacerse polvo es paso y no destino,
comida del gusano sempiterno,
la nueva novedad de otro camino.
Por eso no te canses con la carga,
alégrate de andar con tus alforjas,
celébrate en el paso con que avanzas
y anímate al caer, que el viaje sigue.
Contempla con cuidado cada huella,
los cielos que amanecen, las mazorcas,
las piedras esparcidas en tu rumbo,
las olas del océano o del viento,
admira cada flor que en su fiel sitio
también su travesía cumple enhiesta,
alegre en su color y en sus abejas,
solemne al marchitar buscando el fruto,
conquista sin violencia cada puerta,
las manos del que viene, las mejillas
del niño que te espera en cada plaza,
regálate y regala lo que tengas,
que es eso sólo el ser, más posesiones
no tienes que la ofrenda de tu vida,
de tu voz, de tus consejos, de tu abrazo
y el viejo resplandor de quien vigila
sabiendo que hay que andar pese al cansancio.
Después de detenerte en mis palabras,
deséame buen viaje, cual yo te lo deseo,
mañana en otra ruta nos veremos,
si la tierra es mejor sitio lo sabremos,
ninguno de estos pasos diré entonces
fue visto y fue soñado para darse en vano.
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06 05 13
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