Luna desvelada en tu marëa,
irisada de vïento en la panoja,
tan pronto como el viento el alba escoja,
doblegando su murmullo y panacea,
en el viento y en las ascuas que murmura
su silencio y su canto en la locura
que pernocta, y no duerme su bandera
como el viento alado en la quimera...
Helado de montaña, helado de sí mismo
junto a tëa que en el alba es un abismo,
sostenida en el alba que mürmura
en la sömbra silverada, tu figura.
Alado, el mismo vüelo descubre ya sus alas
y en el aire, llama vuelo a su vuelo idolatría
anocheciendo con sus alas y en su vuelo el ala mía
legitimando con la aurora y el desvelo, noches malas...
Anidando en mí, descubre el ave Primavera,
y en su glosa mi letargo es ave en el poemario
sabe el viento que sus alas son viento en mi calvario
y en su risa el oro tiene luz en la madera...
En mis alas sobra el viento, y su vuelo son mis versos
llámese más al mar, su cadencia prístina,
sólo el atardecer te ilumina, tus ojos inmersos
en la espuma radiante del alba marina.
Tu cabello, océano de luz en mis brazos
amada divina que el mar te recuerda,
en tus lazos desnudos y flor no me pierda
Sirena de noche y días descalzos...
Tu sombra no lleve el perfume que dejas,
tus párpados cierres, conmigo en tu sueño
el alba descubra a tu corazón, mi dueño
cuando aún duermes teñida del Sol que me alejas...
Dormida, así, tu cuerpo sueña,
un rayo del alba, desnuda a mi dueña...
irisada de vïento en la panoja,
tan pronto como el viento el alba escoja,
doblegando su murmullo y panacea,
en el viento y en las ascuas que murmura
su silencio y su canto en la locura
que pernocta, y no duerme su bandera
como el viento alado en la quimera...
Helado de montaña, helado de sí mismo
junto a tëa que en el alba es un abismo,
sostenida en el alba que mürmura
en la sömbra silverada, tu figura.
Alado, el mismo vüelo descubre ya sus alas
y en el aire, llama vuelo a su vuelo idolatría
anocheciendo con sus alas y en su vuelo el ala mía
legitimando con la aurora y el desvelo, noches malas...
Anidando en mí, descubre el ave Primavera,
y en su glosa mi letargo es ave en el poemario
sabe el viento que sus alas son viento en mi calvario
y en su risa el oro tiene luz en la madera...
En mis alas sobra el viento, y su vuelo son mis versos
llámese más al mar, su cadencia prístina,
sólo el atardecer te ilumina, tus ojos inmersos
en la espuma radiante del alba marina.
Tu cabello, océano de luz en mis brazos
amada divina que el mar te recuerda,
en tus lazos desnudos y flor no me pierda
Sirena de noche y días descalzos...
Tu sombra no lleve el perfume que dejas,
tus párpados cierres, conmigo en tu sueño
el alba descubra a tu corazón, mi dueño
cuando aún duermes teñida del Sol que me alejas...
Dormida, así, tu cuerpo sueña,
un rayo del alba, desnuda a mi dueña...
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