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por Azael Alberto Vigil Jue Mar 21, 2013 6:19 am666 Origines del Mito
“En esto consiste la sabiduría: el que tenga entendimiento, calcule el número
de la bestia, pues es número de un ser humano: seiscientos sesenta y seis.”
(Apocalipsis 13:18)
A lo largo de este artículo voy a hacer un esfuerzo por acercarme al significado de este número, que se ha vuelto sinónimo del diablo y de todo lo malo que acontece en el mundo. Manteniendo en mente que muchos seres humanos al dejar de hacer el bien, recurren a menudo al viejo dicho que reza, “el diablo es el culpable o el diablo me hizo hacerlo, me entró el diablo, etc.” siempre con el afán de liberarse de culpas. Pero antes de emprender este esfuerzo, es importante que aclaremos algo: Hasta la fecha no existe una interpretación 100% certera acerca del significado del 666, y muy posiblemente no la habrá por mucho tiempo. Esto se debe al gran barranco histórico, cultural y lingüístico que existe entre nosotros y los receptores del mensaje original, y también debido a la naturaleza del Apocalipsis de dar a conocer sus mensajes encriptados causando más confusiones que aclaraciones. Cada quien le da el significado que cree correcto y muchas veces este numero es utilizado para crear miedo y demandar alianza a X religión o culto. Pobre diablo, siempre es él quien paga los platos rotos en la historia y los seres humanos aparecen tan inocentes y puros, claro son ellos quien siempre escriben la historia.
El mito del 666 se originó en los tiempos de Babilonia antes de Cristo. Y ahora le daremos rienda suelta a nuestra investigación con la seguridad que la luz del creador y la mano del maestro Jesús, iluminará nuestras grietas supersticiosas, conscientes o inconscientes, que nos han sido impuestas con tantos años de adoctrinamiento directo o indirecto.
¿De dónde viene el número 666? Muchos han leído de él en la Biblia o escuchado de otras fuentes tales como películas o libros, pero muy pocos saben realmente de dónde viene ni por qué habla el libro del Apocalipsis acerca de este número con connotaciones tan negativas. Además, ¿cuál es el sentido último de la serie 666? La mayoría de las personas piensan que el número 666 es el número del diablo. ¿Es eso cierto? Ahora veremos.
De acuerdo con mi investigación histórica, vía librerías y fuentes virtuales, el número 666 viene directamente de las prácticas de culto de la ciudad de Babilonia en la época de la Biblia, en tiempos del profeta Daniel. Los habitantes de Babilonia adoraban a dioses asociados con el sol, la luna, los planetas visibles de nuestro sistema solar, y algunas de las estrellas, las cuales usaban en sus prácticas de astrología. Los babilonios fueron los principales promotores de la astrología, mucha de la cual se convirtió en la base de la astrología como la vemos practicada por algunos hoy en día.
Resulta que el pueblo babilónico creía que los números tenían poder sobre los dioses que adoraban, en su total 36. Cada uno de los 36 dioses supremos se le asignó un número de cuenta en el sistema y se usaba en lugar del nombre de cada dios (Murl Vance, Camino de la Serpiente, páginas 26, 27, 72 nota 2). El número de recuento asignado a cada dios se basaba en la potencia que ellos creían cada dios poseía. Por lo tanto, el número de cuenta para cualquier dios en particular representaba su orden de rango entre los 36 dioses. Teniendo en cuenta que algunos de los dioses tenían varios números asignados a ellos, además de sus números de cuenta.
Los babilonios contaban sus dioses y luego sumaban todos los números del 1 al 36. El Sol era el primer dios que contaban y el segundo dios era la Luna y así sucesivamente hasta llegar a los 36 dioses supremos. Los dioses (estrellas, planetas y constelaciones) numerados del 3 al 36 se consideraban hijos del dios Sol, el rey supremo. Cada uno de los 36 estaba asociado con un número mágico el cual designaba su postura y rango. Ahora bien, si no han adivinado por ahora, la suma de los números del uno al 36 da en total 666, y dicho numero significaba que todos los dioses unidos eran una sola parte, en esta ocasión parte de un solo sistema familiar. De la misma manera que todos los miembros de una misma familia toman el nombre/apellido del padre para diferenciarse de otras familias, pero manteniendo siempre su nombre individual. Los Romeros, Los Bergoglios, Los Razzingers etc. Como vemos, según los babilonios, el dios sol tenía varios números asignados, el número 1, su rango y principio y el 666 el final y la totalidad que lo formaba. Ellos hicieron el cálculo de esta manera: Hazla tú para que compruebes. Tanto la numerología como las estadísticas pueden decir lo que queremos que digan.
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1 (Sol)+ 2 (Luna) + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 + 12
+ 13 + 14 + 15 + 16 + 17 + 18 + 19 + 20 + 21 + 22
+ 23 + 24 + 25 + 26 + 27 + 28 + 29 + 30 + 31 + 32
+ 33 + 34 + 35 + 36 = 666
Profundizando un poco más en la astrología babilónica se encuentra la verdadera razón de la santidad que le daban al número 36. Los babilonios dividían cada una de las 12 casas del zodíaco en tres salas, haciendo 36 en total. Luego dividieron todo el resto del cielo en 36 constelaciones, y designaron al dios gobernante de cada constelación para gobernar sobre una de las 36 habitaciones del zodíaco. Puesto que los espíritus de los muertos se creía que iban a morar en las estrellas - una enseñanza que hoy todavía está vigente- no había por tanto un espíritu en el cielo, ni una estrella en el cielo que no estuviera representada en las 36 salas del zodíaco, y jurar por el número 36 era lo mismo que jurar por todos los dioses en los cielos al mismo tiempo, así como por todos los espíritus de los difuntos. Los 36 dioses fueron llamados decanatos porque cada uno gobernaba más de 10 grados del círculo zodiacal y más de 10 días al año compuesto de 360 días en total.
En cuanto a por qué los babilonios eran aficionados al número 666 se encuentra en la naturaleza misma de la idolatría pagana que no es otra cosa mas que una persona que adora a varios dioses o imágenes, y por ende hoy en día se le aplica a las personas que no creen en la doctrina cristiana. La doctrina cristiana esta basada en la piedra angular del monoteísmo (un solo dios) y quien cree en varios dioses es estigmatizado y considerado pagano o seguidor del demonio/Satanás/lucifer/Belcebú/Baal etc. Pero el Diablo, como lo conocen los cristianos no tiene nada que ver con el 666, no obstante es a el a quien le atribuyen los humanos dicho número y culpa de que las personas crean en muchos dioses.
Nuestra cultura cristiana acusa, a cualquiera que no sea cristiano o no crea en Cristo, de anticristo o seguidor de Satanás. Es esta perspectiva de las religiones que dice básicamente lo que dijo George Bush hijo, “O están con nosotros o están contra nosotros,” lo que ha causado tanto mello en el mundo, ya que es excluyente. Cada religión cree y adora a su propio Dios, lo mismo dicen los judíos, los musulmanes y los babilonios. Toda religión hace lo suyo para mantener el rebanó alineado. Hay que saber que el principio detrás de todo culto es el miedo, y la adoración no es más que un esfuerzo por aplacar el mal. En las religiones del mundo, el miedo, todo infortunio, la enfermedad y la muerte son el resultado, según sus creencias, de la operación de los espíritus malignos y no de circunstancias que acompañan la naturaleza de la vida. De esta manera el creyente, deduce y cree al experimentar los malos ratos que acompañan a la vida, que no está del lado de Dios y ruega por ayuda y ser restablecido a su estado libre de aflicciones. Sin embargo, al no recibir respuesta pronto, puede desesperarse y puede terminar acudiendo al otro extremo de la ecuación, a Lucifer, al 666 o la adoración de múltiples dioses en busca de una solución a los problemas que lo acosan, así como lo hacían los babilonios. Cabe añadir que se necesita la misma cantidad de fe para creer en el diablo que para creer en Dios/el Creador y arquitecto del mundo y que mas vale desarrollar la virtud de la paciencia para no ser manipulado por las circunstancias negativas que acompañan a la vida y desarrollar un positivismo fuera de serie para protegerse del pesimismo que reina la era actual. Prefiero un día con dios que una eternidad con el diablo aunque espero que pronto Dios lo perdone y como el hijo prodigo regrese a la casa de su padre, quien lo creo desde un principio. ¡Misericordia absoluta! es lo que este mundo de dualidades necesita… No mas exclusión ni preferencias, nadie es mas que nadie…
Como hemos visto, y como la misma Biblia nos advierte, la bestia, el 666 son los mismos seres humanos que hacen el mal, los despiadados sin corazón que les gusta propagar la ignorancia, el fanatismo religioso y que se esconden de tras de la imagen del diablo y en ocasiones lo confunden con el Creador. Lo utilizan en ritos que apuntan a la locura, la esquizofrenia, en fin para espantar y aparentar poderes extrahumanos que como hechiceros se inventan: trucos de circo pobre. Si el mismo diablo se apareciera hoy sabrá dios que le hicieran. Si el mismo Jesús volviera mañana, así como están las cosas, lo mas seguro lo crucificarían pasado mañana. La humanidad ha superado al demonio en su capacidad para odiar, crear guerras, hambre, pobrezas y muerte. El diablo es el concepto del mal en su totalidad y no un ente o número, o un titiritero que nos hace hacer el mal, hacemos lo que queremos. Ya dios/el creador, el representante del bien absoluto, nos ha dado libre albedrío. Somos diablos o dioses en potencia. Y cuando tú has descubierto esto, has encontrado la fuente de la sabiduría celestial, la que da vida y gozo pero sabes muy bien que tienes que vigilarte pues en un santiamén, si no tenemos cuidado, podemos volvernos diablos o utilizar la excusa barata, “el diablo es el culpable.”
Vive feliz, lucha por tus sueños, persevera, la vida no es fácil y no siempre va ir como tu quisieras, se buena gente que como decía facundo Cabral, “si los malos supieran que hacer el bien es buen negocio ya tiempos se hubieran vueltos buenos. “No le hagas a otros lo que no quisieras que te hagan a ti.” Oh, el 666 es el número de serie de Pinocho.
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“En esto consiste la sabiduría: el que tenga entendimiento, calcule el número
de la bestia, pues es número de un ser humano: seiscientos sesenta y seis.”
(Apocalipsis 13:18)
A lo largo de este artículo voy a hacer un esfuerzo por acercarme al significado de este número, que se ha vuelto sinónimo del diablo y de todo lo malo que acontece en el mundo. Manteniendo en mente que muchos seres humanos al dejar de hacer el bien, recurren a menudo al viejo dicho que reza, “el diablo es el culpable o el diablo me hizo hacerlo, me entró el diablo, etc.” siempre con el afán de liberarse de culpas. Pero antes de emprender este esfuerzo, es importante que aclaremos algo: Hasta la fecha no existe una interpretación 100% certera acerca del significado del 666, y muy posiblemente no la habrá por mucho tiempo. Esto se debe al gran barranco histórico, cultural y lingüístico que existe entre nosotros y los receptores del mensaje original, y también debido a la naturaleza del Apocalipsis de dar a conocer sus mensajes encriptados causando más confusiones que aclaraciones. Cada quien le da el significado que cree correcto y muchas veces este numero es utilizado para crear miedo y demandar alianza a X religión o culto. Pobre diablo, siempre es él quien paga los platos rotos en la historia y los seres humanos aparecen tan inocentes y puros, claro son ellos quien siempre escriben la historia.
El mito del 666 se originó en los tiempos de Babilonia antes de Cristo. Y ahora le daremos rienda suelta a nuestra investigación con la seguridad que la luz del creador y la mano del maestro Jesús, iluminará nuestras grietas supersticiosas, conscientes o inconscientes, que nos han sido impuestas con tantos años de adoctrinamiento directo o indirecto.
¿De dónde viene el número 666? Muchos han leído de él en la Biblia o escuchado de otras fuentes tales como películas o libros, pero muy pocos saben realmente de dónde viene ni por qué habla el libro del Apocalipsis acerca de este número con connotaciones tan negativas. Además, ¿cuál es el sentido último de la serie 666? La mayoría de las personas piensan que el número 666 es el número del diablo. ¿Es eso cierto? Ahora veremos.
De acuerdo con mi investigación histórica, vía librerías y fuentes virtuales, el número 666 viene directamente de las prácticas de culto de la ciudad de Babilonia en la época de la Biblia, en tiempos del profeta Daniel. Los habitantes de Babilonia adoraban a dioses asociados con el sol, la luna, los planetas visibles de nuestro sistema solar, y algunas de las estrellas, las cuales usaban en sus prácticas de astrología. Los babilonios fueron los principales promotores de la astrología, mucha de la cual se convirtió en la base de la astrología como la vemos practicada por algunos hoy en día.
Resulta que el pueblo babilónico creía que los números tenían poder sobre los dioses que adoraban, en su total 36. Cada uno de los 36 dioses supremos se le asignó un número de cuenta en el sistema y se usaba en lugar del nombre de cada dios (Murl Vance, Camino de la Serpiente, páginas 26, 27, 72 nota 2). El número de recuento asignado a cada dios se basaba en la potencia que ellos creían cada dios poseía. Por lo tanto, el número de cuenta para cualquier dios en particular representaba su orden de rango entre los 36 dioses. Teniendo en cuenta que algunos de los dioses tenían varios números asignados a ellos, además de sus números de cuenta.
Los babilonios contaban sus dioses y luego sumaban todos los números del 1 al 36. El Sol era el primer dios que contaban y el segundo dios era la Luna y así sucesivamente hasta llegar a los 36 dioses supremos. Los dioses (estrellas, planetas y constelaciones) numerados del 3 al 36 se consideraban hijos del dios Sol, el rey supremo. Cada uno de los 36 estaba asociado con un número mágico el cual designaba su postura y rango. Ahora bien, si no han adivinado por ahora, la suma de los números del uno al 36 da en total 666, y dicho numero significaba que todos los dioses unidos eran una sola parte, en esta ocasión parte de un solo sistema familiar. De la misma manera que todos los miembros de una misma familia toman el nombre/apellido del padre para diferenciarse de otras familias, pero manteniendo siempre su nombre individual. Los Romeros, Los Bergoglios, Los Razzingers etc. Como vemos, según los babilonios, el dios sol tenía varios números asignados, el número 1, su rango y principio y el 666 el final y la totalidad que lo formaba. Ellos hicieron el cálculo de esta manera: Hazla tú para que compruebes. Tanto la numerología como las estadísticas pueden decir lo que queremos que digan.
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1 (Sol)+ 2 (Luna) + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 + 12
+ 13 + 14 + 15 + 16 + 17 + 18 + 19 + 20 + 21 + 22
+ 23 + 24 + 25 + 26 + 27 + 28 + 29 + 30 + 31 + 32
+ 33 + 34 + 35 + 36 = 666
Profundizando un poco más en la astrología babilónica se encuentra la verdadera razón de la santidad que le daban al número 36. Los babilonios dividían cada una de las 12 casas del zodíaco en tres salas, haciendo 36 en total. Luego dividieron todo el resto del cielo en 36 constelaciones, y designaron al dios gobernante de cada constelación para gobernar sobre una de las 36 habitaciones del zodíaco. Puesto que los espíritus de los muertos se creía que iban a morar en las estrellas - una enseñanza que hoy todavía está vigente- no había por tanto un espíritu en el cielo, ni una estrella en el cielo que no estuviera representada en las 36 salas del zodíaco, y jurar por el número 36 era lo mismo que jurar por todos los dioses en los cielos al mismo tiempo, así como por todos los espíritus de los difuntos. Los 36 dioses fueron llamados decanatos porque cada uno gobernaba más de 10 grados del círculo zodiacal y más de 10 días al año compuesto de 360 días en total.
En cuanto a por qué los babilonios eran aficionados al número 666 se encuentra en la naturaleza misma de la idolatría pagana que no es otra cosa mas que una persona que adora a varios dioses o imágenes, y por ende hoy en día se le aplica a las personas que no creen en la doctrina cristiana. La doctrina cristiana esta basada en la piedra angular del monoteísmo (un solo dios) y quien cree en varios dioses es estigmatizado y considerado pagano o seguidor del demonio/Satanás/lucifer/Belcebú/Baal etc. Pero el Diablo, como lo conocen los cristianos no tiene nada que ver con el 666, no obstante es a el a quien le atribuyen los humanos dicho número y culpa de que las personas crean en muchos dioses.
Nuestra cultura cristiana acusa, a cualquiera que no sea cristiano o no crea en Cristo, de anticristo o seguidor de Satanás. Es esta perspectiva de las religiones que dice básicamente lo que dijo George Bush hijo, “O están con nosotros o están contra nosotros,” lo que ha causado tanto mello en el mundo, ya que es excluyente. Cada religión cree y adora a su propio Dios, lo mismo dicen los judíos, los musulmanes y los babilonios. Toda religión hace lo suyo para mantener el rebanó alineado. Hay que saber que el principio detrás de todo culto es el miedo, y la adoración no es más que un esfuerzo por aplacar el mal. En las religiones del mundo, el miedo, todo infortunio, la enfermedad y la muerte son el resultado, según sus creencias, de la operación de los espíritus malignos y no de circunstancias que acompañan la naturaleza de la vida. De esta manera el creyente, deduce y cree al experimentar los malos ratos que acompañan a la vida, que no está del lado de Dios y ruega por ayuda y ser restablecido a su estado libre de aflicciones. Sin embargo, al no recibir respuesta pronto, puede desesperarse y puede terminar acudiendo al otro extremo de la ecuación, a Lucifer, al 666 o la adoración de múltiples dioses en busca de una solución a los problemas que lo acosan, así como lo hacían los babilonios. Cabe añadir que se necesita la misma cantidad de fe para creer en el diablo que para creer en Dios/el Creador y arquitecto del mundo y que mas vale desarrollar la virtud de la paciencia para no ser manipulado por las circunstancias negativas que acompañan a la vida y desarrollar un positivismo fuera de serie para protegerse del pesimismo que reina la era actual. Prefiero un día con dios que una eternidad con el diablo aunque espero que pronto Dios lo perdone y como el hijo prodigo regrese a la casa de su padre, quien lo creo desde un principio. ¡Misericordia absoluta! es lo que este mundo de dualidades necesita… No mas exclusión ni preferencias, nadie es mas que nadie…
Como hemos visto, y como la misma Biblia nos advierte, la bestia, el 666 son los mismos seres humanos que hacen el mal, los despiadados sin corazón que les gusta propagar la ignorancia, el fanatismo religioso y que se esconden de tras de la imagen del diablo y en ocasiones lo confunden con el Creador. Lo utilizan en ritos que apuntan a la locura, la esquizofrenia, en fin para espantar y aparentar poderes extrahumanos que como hechiceros se inventan: trucos de circo pobre. Si el mismo diablo se apareciera hoy sabrá dios que le hicieran. Si el mismo Jesús volviera mañana, así como están las cosas, lo mas seguro lo crucificarían pasado mañana. La humanidad ha superado al demonio en su capacidad para odiar, crear guerras, hambre, pobrezas y muerte. El diablo es el concepto del mal en su totalidad y no un ente o número, o un titiritero que nos hace hacer el mal, hacemos lo que queremos. Ya dios/el creador, el representante del bien absoluto, nos ha dado libre albedrío. Somos diablos o dioses en potencia. Y cuando tú has descubierto esto, has encontrado la fuente de la sabiduría celestial, la que da vida y gozo pero sabes muy bien que tienes que vigilarte pues en un santiamén, si no tenemos cuidado, podemos volvernos diablos o utilizar la excusa barata, “el diablo es el culpable.”
Vive feliz, lucha por tus sueños, persevera, la vida no es fácil y no siempre va ir como tu quisieras, se buena gente que como decía facundo Cabral, “si los malos supieran que hacer el bien es buen negocio ya tiempos se hubieran vueltos buenos. “No le hagas a otros lo que no quisieras que te hagan a ti.” Oh, el 666 es el número de serie de Pinocho.
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