Vení a mi casa

Vení a mi casa,
No traigas mucho,
sí la sonrisa,
cierta medida de ternura,
Y el abrazo con que me convidaste,
En la entrada del subte,
ayer al despedirnos.

Vení a mi casa,
No traigas mucho,
Desabrocha tu historia
Y ponete sólo los ropajes,
Que al día de hoy, te identifiquen.

Vení a mi casa,
No traigas mucho,
Mas no dejes,
todas las lágrimas afuera,
Me gusta cuando amo,
Que la alegría humedezca las mejillas,
Y que los ojos se limpien de opalinas.

Vení a mi casa,
No traigas mucho,
Desecha los plisados,
Que tallaron de sombra tus ayeres,
Pero no vengas, como híbrido varón
Que sólo muestra, como rostro feliz,
Su sexo engalanado.

Vení a mi casa,
Traé lápices, colores,
Y pintemos Mandalas,
Yo tendré algunos caracoles,
para oír el arrullo de los mares,
Mientras te sirvo el té, en los jardines.

Vení a mi casa,
Pero no traigas, ahora tus valijas,
Adoro ir construyendo los relojes,
De un vos y yo,
Entre manos, besos y miradas.

Vení a mi casa,
Y cuando estemos prontos,
Trabaremos la puerta,
Te quedarás conmigo,
Y de quererlo ambos,
te obsequiaré
con un costado de mi almohada.

Fascinante y muy tierno tu poema.
Gracias por permitir su disfrute.

Un poemad e mucho sentir y ademas hermoso, felicidades
tu amiga Victoria.