Libertad hecha de piedra

Libertad hecha de piedra

Cantaba como si fuera el fin del mundo,
cantaba como violándose a sí misma,
como si un asesino la rondase con cuchillos,
como si fuera a dar a luz de nuevo el universo.
Cantaba como el mar o más desnuda que sus olas,
como el avión que lleva víveres a aquellas zonas de hambre o guerra,
como la unión del infinito con ese tenue y bello ocaso,
como las gárgolas que caen desde una fe que nadie sigue.
Cantaba como sal, como una espina, como el ácido,
cayéndose, quemándose, gastándose en sus costras
y ardiendo sin final en el exilio de sus coros,
en la verdad de su tristeza, en el dominio
de cierta eternidad que acabará cuando no cante.
Cantaba con amor, era una estatua
en la plaza original de mi inocencia,
allá en mi infancia me cantaba hecha de piedra,
la oigo todavía y algo dice y algo espera,
me dice que mientras nosotros la escuchemos,
amor mío, amigos mío, jamás se acabará su bello canto.

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13 01 13