Caso a caso

Caso a caso

Yo también soy regalón,
más regalón que cualquiera,
quiero luz si hay primavera
quiero rumbo si hay timón.
La flor de tu corazón,
la fruta de tu palabra,
la semilla en que se labra
la tierra de los amores
y un panal de ruiseñores
que el cielo a los dos nos abra.

Y quiero saber de ti,
de tus noches y tus días,,
de tus penas y alegrías,
de lo de allá y lo de aquí.
Quiero que estés junto a mi,
en carne, en hueso, en el sueño,
que no guardes por pequeño
ni un fragmento de tu historia,
quiero escuchar de tu gloria
así como de tu empeño.

Si te emocionas me alegro,
si te alegras me emocionas,
te busco si me abandonas,
si no te hallo me hago negro.
A mis pupilas te integro,
al ruedo del horizonte,
a la altura de aquel monte,
a los abismos del mar
y a las playas en que amar
del naufragio nos remonte.

Por eso si yo no olvido,
tampoco a ti te suceda,
es para dos la vereda,
y el diálogo y el oído.
Y así lo que pides, pido:
en la entrega ser iguales,
tanto valgo, tanto vales,
el resto es juntos crecer,
por amor, no por deber,
por ser uno y no rivales.

Leer pues a mi toca,
te espero en esta distancia,
mándame con tu fragancia
tus letras, tu piel, tu boca.
No quiero volver de roca
la voz ni el alma ni el paso,
no quiero con más retraso,
caminar con vaguedades,
ya estoy grande y mis verdades
te las dejo, caso a caso.

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