Del salario me preguntan

Del salario me preguntan

Del salario me preguntan,
yo digo qué cosa es esa,
¿cobra el sol cuando nos besa
o las flores que repuntan?
¿Paga el aire a los que adjuntan
en sus ondas dulce el canto,
merca el pájaro el amianto
de su voz libre y risueña
y acaso el trigal se adueña
del dorado de su manto?

¿Quién le puso el precio a todo,
tierras, hombres, soledades,
quién compró las libertades
sólo por darse acomodo?
¿Quién después de seco el lodo
del divino creador,
se erigió en mejor postor
y fundó la economía?
Que no fue la mayoría,
bien lo sé por mi dolor.

Desde entonces todo a cuotas,
todo caro, todo en venta,
desde el pan a la herramienta,
desde el rumbo hasta las botas.
Compran nubes, venden gotas,
compran sexo, venden camas,
del árbol hasta las llamas,
del hombre hasta el pensamiento,
por suerte lo que les cuento
gratis sale entre mis dramas.

Por suerte ni en mis bolsillos
ni en mis arcas hay fortuna,
rico soy de sol y luna,
no de cobres amarillos.
Por suerte los más sencillos
no precisan cuita o saldo,
con la lluvia se hacen caldo,
con el viento un sendo traje
y al final del largo viaje
madre tierra es su respaldo.

Así que al que saber quiera
cuánto gano le contesto:
mucho más que lo supuesto,
menos que en banca usurera.
Soy lo mismo que cualquiera,
no me mido por mis pesos,
millonario soy de excesos,
mendicante en la injusticia
y, en mi colmo de avaricia,
dueño de todos mis huesos.

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09 09 12