MI DULCE DAMA AJENA. (silva)

Amigo: igual que tú yo la quería,
aquí dentro del alma se encerraba,
nunca podrás saber cuánto la amaba,
si,por ella moría.
Podrá ser tu mujer,yo fui su sueño,
a ti te dio su desdén;
no deseo sacarte de tu empeño,
ni arrancarte de tu edén.
¡Que poco la quisiste!
era tu mujer,pero no su dueño,
por eso la perdiste,
para brindarle amor fuiste pequeño.
No fue su culpa amigo,
si bebí de su vaso es culpa mía,
esto en nada varía,
quizás duerma en tus brazos pobre amigo,
y soñara conmigo.

Rafaela amiga,es una de las cosas más bellas que alguien me haya dicho,gracias de todo corazón,con estímulos asi, cualquiera escribe. Mi cariño para ti amiga.

Dura realidad que a diario se repite, trampas de la vida al corazón que tú nos muestras con genial maestría. Aplausos, poeta.-

Gracias por siempre Oscar,un abrazo amigo.