SOBREVIVIR
Andaba suelto de niño, revuelto entre las cosas con las que me confundía, todo lo miraba y todo lo observaba.
Perdí tanto tiempo, que no sabía quien era yo ni quien eran los demás.
Preguntaba porque soñaba, quien era y porque imaginaba.
Sobre ¿Qué era la imaginación?. Respondía a mí mismo:
Puede que haya nacido como la respuesta que un ser espera antes del efecto que su actuación va a producir.
Puede haber nacido de una estrategia para sobrevivir y que tal estrategia esté relacionada con la memoria de la experiencia. Puede que a su vez, esa experiencia se seleccione en función de los resultados de dicha estrategia.
Pero ninguna de esas interpretaciones se sustentaba en base real ni me servía.
El tema era como muy profundo.
Si arrojas una araña en la tela de otra araña. Sabe por el tamaño de la propia tela, si ella es pequeña o mayor.
La dueña de la tela, aún no sabe el tamaño, aunque lo adivina por la tensión de la tela.
La que arrojaste, si es más pequeña, espera inmóvil cualquier tensión, no quiere dar información, como si “conociera” la respuesta.
Pero al menor movimiento de la tela, ata un hilo propio a la gran tela, y por su propio hilo escapa. No suelta su huella que es su hilo, para seguir informada si aún es perseguida, si sucede así, se suelta.
Solamente se siente segura dependiendo de su propio hilo.
Lo anterior, es lo que me imagino sin saber si es verdad o mentira, pero lo puedo imaginar y parece que aprendo diversas cuestiones con la propia imaginación. Para comprobarlo tengo después que experimentar. Pero puedes como intuir antes, que imaginaciones son posibles y cuales imaginaciones no lo son. Eliminarás la labor de experimentar con las absurdas. Preferirás experimentar con las que no parecen tan absurdas, como si la imaginación discurre por la lógica.
Curiosamente, cuando lo imaginé, imaginé a la vez cosas absurdas, me imaginé ser yo al mismo tiempo la araña grande, la pequeña y la propia tela.
En la historia hombre, con el haber sobrevivido pensaba que estaba probado, que es poderosa su imaginación.
Pero.... ¿Y todos los que nos acompañan en el viaje?....
Esa araña, esta golondrina, aquella abeja, aquel pino y aquel sauce... ¡¿Acaso no sobrevivieron también...?!
jose francisco
Andaba suelto de niño, revuelto entre las cosas con las que me confundía, todo lo miraba y todo lo observaba.
Perdí tanto tiempo, que no sabía quien era yo ni quien eran los demás.
Preguntaba porque soñaba, quien era y porque imaginaba.
Sobre ¿Qué era la imaginación?. Respondía a mí mismo:
Puede que haya nacido como la respuesta que un ser espera antes del efecto que su actuación va a producir.
Puede haber nacido de una estrategia para sobrevivir y que tal estrategia esté relacionada con la memoria de la experiencia. Puede que a su vez, esa experiencia se seleccione en función de los resultados de dicha estrategia.
Pero ninguna de esas interpretaciones se sustentaba en base real ni me servía.
El tema era como muy profundo.
Si arrojas una araña en la tela de otra araña. Sabe por el tamaño de la propia tela, si ella es pequeña o mayor.
La dueña de la tela, aún no sabe el tamaño, aunque lo adivina por la tensión de la tela.
La que arrojaste, si es más pequeña, espera inmóvil cualquier tensión, no quiere dar información, como si “conociera” la respuesta.
Pero al menor movimiento de la tela, ata un hilo propio a la gran tela, y por su propio hilo escapa. No suelta su huella que es su hilo, para seguir informada si aún es perseguida, si sucede así, se suelta.
Solamente se siente segura dependiendo de su propio hilo.
Lo anterior, es lo que me imagino sin saber si es verdad o mentira, pero lo puedo imaginar y parece que aprendo diversas cuestiones con la propia imaginación. Para comprobarlo tengo después que experimentar. Pero puedes como intuir antes, que imaginaciones son posibles y cuales imaginaciones no lo son. Eliminarás la labor de experimentar con las absurdas. Preferirás experimentar con las que no parecen tan absurdas, como si la imaginación discurre por la lógica.
Curiosamente, cuando lo imaginé, imaginé a la vez cosas absurdas, me imaginé ser yo al mismo tiempo la araña grande, la pequeña y la propia tela.
En la historia hombre, con el haber sobrevivido pensaba que estaba probado, que es poderosa su imaginación.
Pero.... ¿Y todos los que nos acompañan en el viaje?....
Esa araña, esta golondrina, aquella abeja, aquel pino y aquel sauce... ¡¿Acaso no sobrevivieron también...?!
jose francisco
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