“Poder misterioso que todos sienten y ningún filósofo explica”
Goethe
Hay tres fenómenos relacionados con el nacimiento y el estímulo de la creación artística: el ángel, la musa y el duende.
La musa dicta, a veces sopla, pero viene de afuera. Despierta la inteligencia que muchas veces es una enemiga de la poesía.
El ángel, volando por sobre la cabeza del Hombre, derrama gracia, ordena y no hay como sustraerse a sus luces.
En cambio, el duende que es impulso oscuro y estremecido “hay que buscarlo en las últimas habitaciones de la sangre”, pues viene de lo más profundo de nosotros. Nos quema por dentro haciendo posible cualquier emoción. La llegada de éste supone un cambio revolucionario, pues nos sacude las propias raíces del ser, aflorando con una frescura inédita, con calidad de milagro y entusiasmo casi religioso. En donde éste se manifiesta es en la música, en la danza y en la poesía recitada puesto que necesita un cuerpo vivo que interprete y donde manifestarse.
Todas las artes tienen capacidad de ángel, musa y duende aunque Alemania tiene más musa, Italia más ángel. España como país donde floreció por milenios la música y la danza y estar muy ligado a la muerte tiene más duende.
La virtud mágica en la poesía es tener rebosantes sus versos de duende, pues con éste es más fácil amar, comprender y ser amado y esta lucha por la expresión y su comunicación es fundamental en ésta que muestra su estructura formal, el poema, a veces, impregnado de muerte. El duende ama la herida y el abismo mientras hace sufrir a través del drama.
Goethe
Hay tres fenómenos relacionados con el nacimiento y el estímulo de la creación artística: el ángel, la musa y el duende.
La musa dicta, a veces sopla, pero viene de afuera. Despierta la inteligencia que muchas veces es una enemiga de la poesía.
El ángel, volando por sobre la cabeza del Hombre, derrama gracia, ordena y no hay como sustraerse a sus luces.
En cambio, el duende que es impulso oscuro y estremecido “hay que buscarlo en las últimas habitaciones de la sangre”, pues viene de lo más profundo de nosotros. Nos quema por dentro haciendo posible cualquier emoción. La llegada de éste supone un cambio revolucionario, pues nos sacude las propias raíces del ser, aflorando con una frescura inédita, con calidad de milagro y entusiasmo casi religioso. En donde éste se manifiesta es en la música, en la danza y en la poesía recitada puesto que necesita un cuerpo vivo que interprete y donde manifestarse.
Todas las artes tienen capacidad de ángel, musa y duende aunque Alemania tiene más musa, Italia más ángel. España como país donde floreció por milenios la música y la danza y estar muy ligado a la muerte tiene más duende.
La virtud mágica en la poesía es tener rebosantes sus versos de duende, pues con éste es más fácil amar, comprender y ser amado y esta lucha por la expresión y su comunicación es fundamental en ésta que muestra su estructura formal, el poema, a veces, impregnado de muerte. El duende ama la herida y el abismo mientras hace sufrir a través del drama.
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