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por Leyre Sáb Feb 04, 2012 7:07 amTe hubiera preguntado
a dónde vamos con esa luz que ha bajado,
con esos fragmentos apilados
apoyando nuestros rostros ante el mundo.
Como si no hallara respuesta en ti
pero hacia mi, yo querría llevarla
si hubiera podido retener la línea
que cortó el filamento de lo ya existido
desde aquel día,
cuando tu mirada abrazó mi rostro.
Hacen falta tantas cosas,
un rastro para husmear en el camino,
una tierra plagada de árboles
un lugar donde reposar las heridas,
pero dime....
¿Dónde poner las ramas roídas por el viento?
días rancios y de duda
la estrella en la noche interior
el alba azul y las mareas,
o sencillamente un poema
sobre verdades amarradas
a los mismos bordes frágiles
de esos días que pedirán que toquemos
esa gruta en el corazón del ser.
Sólo quería conocer un gesto
sólo quería vivir
una mano más que la mía
una ruta sin despeñarse,
sin sombras donde enterrar la luz.
Quizás queden pocas cosas
por las que valga la pena vivir,
mientras el cielo permanece puro,
y no sepa todavía arder
con el fuego de la vida
que se desliza al revés,
y con mi mirada puesta
en el centro de mi ser.
a dónde vamos con esa luz que ha bajado,
con esos fragmentos apilados
apoyando nuestros rostros ante el mundo.
Como si no hallara respuesta en ti
pero hacia mi, yo querría llevarla
si hubiera podido retener la línea
que cortó el filamento de lo ya existido
desde aquel día,
cuando tu mirada abrazó mi rostro.
Hacen falta tantas cosas,
un rastro para husmear en el camino,
una tierra plagada de árboles
un lugar donde reposar las heridas,
pero dime....
¿Dónde poner las ramas roídas por el viento?
días rancios y de duda
la estrella en la noche interior
el alba azul y las mareas,
o sencillamente un poema
sobre verdades amarradas
a los mismos bordes frágiles
de esos días que pedirán que toquemos
esa gruta en el corazón del ser.
Sólo quería conocer un gesto
sólo quería vivir
una mano más que la mía
una ruta sin despeñarse,
sin sombras donde enterrar la luz.
Quizás queden pocas cosas
por las que valga la pena vivir,
mientras el cielo permanece puro,
y no sepa todavía arder
con el fuego de la vida
que se desliza al revés,
y con mi mirada puesta
en el centro de mi ser.
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