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    Mensaje por caminandobajolalluvia Sáb Abr 14, 2012 11:29 am

    Ramo de flores, que al viento yo os excuso


    Ramo de flores
    que al viento yo os excuso,
    como excusa prudente con que afirmo
    la beldad de tu frescura
    e ignorancia
    con que en el estrado de mis huellas
    tú has pisado.

    Vana la remota cumbre
    de que es emblema la noche,
    en el columpio donde
    erizas la figura
    del viento.

    Cae la tarde y no consigo
    apenas nombrarte,
    fulgurando tu nombre,
    empujando mi encierro.
    Pero ya tranquilo
    descubro
    que eres tú mi viaje,
    eres tú mis huellas,
    y mi pasado remoto.


    Aminoras mi marcha y consigues
    con dulzura despojarme
    de mi ansiedad crispante de locura y abrojos,
    tú eres la noche,
    en ti el reposo que a los mares calma.

    Silencio de las palabras.

    Alas de una gaviota.

    Ataste mi barca balanceándose en el muelle.

    ____________________

    La pincelada del alba
    Al abrigo de la noche
    la luz me envuelve
    invocando el sendero
    donde la oscuridad
    agoniza,
    persistiendo el temple
    de las hojas
    a quedarse
    hasta el alba

    protegiendo
    sus nidos.

    En la boca
    de tus sueños
    la noche relumbró
    un latido,
    que es en mis ojos
    un nacimiento
    que parte
    hacia lo
    desconocido.

    Los arcos
    que extinguen las flechas
    se han unido
    en la solemne
    promesa
    del pasado,
    donde tu cumbre
    se arropa deslizándose
    en la
    cervical
    del tiempo.
    Descalzos, los habitantes
    de los nidos
    contemplan
    la creación
    del sol,
    en el destino
    de tus pasos.

    Y se adueñan
    de las flores
    de la primavera,
    que se encuentran
    dormidas
    en la cuna
    del otoño.

    ____________________

    La rectitud del arado
    En la promesa de la primavera
    surgen
    las jorobas de las herramientas
    sobre el emblema
    de la tierra.

    Surcos que se deslizan,
    y son el camino,
    recorren cautos
    la plenitud
    del espejo
    del cielo,
    y se arremolinan
    sinuosos
    hasta el sendero
    del alba.

    Las semillas.

    Incógnitas detonando
    la vida
    en el reloj
    de los soles.

    La lluvia.

    Forastera bienvenida que trae
    el diario de los vientos.



    El atardecer
    se lleva las penas
    hacia los árboles.

    Alienta el descanso
    el ocaso
    que se va llevando el día
    y comienza a dibujar
    alguna estrella.

    El sol fulgura,
    y un oleaje de oriente
    florece con
    los brotes
    que cubre la noche.

    ____________________

    Estanque de amor
    Tu pelo
    es como el alba.
    Cae sobre tus ojos
    anunciando en la
    mañana.

    La cuna del día
    invade tus negros ojos
    desatados,
    sobre la palma de
    tu mano.

    Florece tu alma
    sobre el cauce
    del firmamento azul.

    Reniega del día la cúspide
    serrana,
    que involucra el vuelo
    de mis ojos frente
    a tu sonrisa.

    Remota, la tarde
    se enciende
    afirmando
    el sueño de
    mis pasos.

    Revive el cielo
    sobre mi voluntad dormida.

    Remonto la vista al sol
    como si estuviera
    sobre un estanque.

    El agua de tus pupilas
    envuelve tu mejilla
    de canto de ave.

    Tu rostro es el puerto
    desde donde parten
    las vidas oceánicas
    de mi pensamiento.

    El crepúsculo se ha dormido
    en el velo de la luciérnaga
    perdida
    de tu uniforme
    canto
    donde canto
    mi presencia.

    El atardecer renueva
    la armonía que camina
    hasta la noche.

    Silbando, el horizonte
    ataja con el viento
    tu pelo deslizado
    y se lleva envuelto con la noche
    las estrellas que partían
    desde tus ojos
    hasta
    mi morada.

    ____________________

    Enunciado de amor
    ¿Cómo lucir las botas puestas
    en el sendero del alma?

    Caminé muchos pasos
    hasta verte
    y sentir
    el principado
    de tus ojos
    en las noches
    polvorientas.



    Aquel duelo de sueños
    ha viajado
    en el oeste de la miel
    de los estanques
    de silencio.

    Hoy Septiembre
    es un Misterio.

    Oigo Septiembre
    en el bostezo
    de mi corazón.

    Y renuevan mis cauces
    otros ríos,
    arrimando la vertiente
    del agua dulce.

    Sin voz
    el compás hecho
    misterio
    cubre el tumulto.



    La ciénaga se abre
    y se cierra
    como un valle,
    perdido
    en los trazos
    de Nostalgia.

    La voz del firmamento
    procrea un llamado
    eco
    de errante
    súplica.

    ¿Cómo lucir las botas puestas
    en el sendero del alma?

    ____________________

    Vuelo de Otoño
    Aquí en mis sueños
    la noche insípida
    ha convertido
    el día claro,


    como la faz
    pronunciada de la
    Luna.

    Éste día me roba,
    como una clepsidra
    que mide mi vuelo
    sustentado.

    Ramas que aluden
    a congelados recuerdos,
    en la fría cien
    que presagia
    lo inocente.

    Tus alas de Otoño
    infunden en mí
    volátil risa.

    Estrépito tenaz
    que es la cumbre
    alentadora
    de este solsticio
    de luz,
    de alba brillante.
    Ceremonia
    de estrellas que figuran
    en Oriente,
    el muérdago pronuncia
    paz confidencial
    en la voz
    que incansable
    rotula
    los días.

    Invade mi centro
    tu alma invisible
    bajo la cortina
    que eficaz
    asciende.

    Tus ojos nublan
    mi vista
    de cigüeña,
    en donde los párpados
    buscan tu racimo
    de luz.



    Flor,
    distante
    eres como
    una ciénaga infinita
    donde quiero llevar
    mis pasos.

    Remolino
    donde el suelo
    florece,
    desata el viento
    en mi memoria
    el ancla
    donde se funde
    un holocausto
    de silencio.

    Cuadrante, agujas y reloj
    se ciñen
    en arcos presagiantes,
    donde galopa el Sol.




    Florecilla,
    quiero encontrarte
    en la nube de mis
    sueños,
    en la golondrina
    de la primavera
    del verano
    acusando tus flechas
    a mi corazón.

    ____________________

    Josefina

    Josefina,
    tu nombre
    me ilumina,
    en la habitación
    de una oscuridad
    profana.
    En
    silencio
    la
    penumbra
    me
    divierte
    cuando
    en ti
    socorren
    los brazos
    de mis
    hermanos.
    Dentro
    de ti
    resuenan
    las notas
    oriundas
    de la
    creación,
    que
    complacen
    los
    oídos
    y se
    arriman
    al silencio,
    en donde surca
    de la emoción de las
    voces hogareñas, el suspiro del
    recibimiento de la alegría, en donde la noche
    se oculta, y las mañanas y mediodías anidan, y se
    disparan los cantos que recorren los rincones, donde
    se deslizan, y acuden por las ventanas entre los
    espacios de las hojas, donde se acoplan a
    los plumajes dormidos de las aves que
    despliegan su parecer en sonidos
    inaudibles, donde la vida de la
    madera comienza, y las raíces distraen
    tu quietud. Ahora tú, satisfecha de llamar al
    silencio que retrocede, te vuelves cálida en tu rincón,
    con tu madera, tus clavijas, tus instrumentos y tus cuerdas
    y recuerdas en el alma de tu jinete, tu presencia, tu semblante
    claro, tu costado fuerte y tu esbelto cuello. Ya sin luz, te duermes
    acompañada. Y cuando en el confín de tu espalda resistes enhiesta
    el dibujo de tu sombra enfundada entre la pared, te escucho.
    ¡Y protestas! ¿Porqué protestas?¿Qué es lo que dices?

    ____________________

    Canto joven
    En el peldaño
    de la tarde
    he puesto mi seguro,
    arrinconándome en el valle,

    en la noche de tu
    mente
    embravecida,
    y conmemoro
    el silbido
    del viento.

    Canto tu ausencia
    en el clamor
    de los pájaros,

    que enhiestos
    perciben
    que ignoro
    tu voz,
    en la penumbra
    de la noche
    serena,
    vigente
    a mis espaldas.





    Insisto
    en el vuelo,
    en el tejido
    de la nieve
    rumiando
    el certero laúd
    de pensamientos.

    Agrando
    mi silueta,
    en el confín
    de la batalla,
    los brazos
    arrimados
    en el vagón
    del sediento
    trago
    de esperanza.

    Giro
    entorno
    de la tierra.



    Yazgo
    en el quizás
    de tus mañanas.

    Y me desdoblo
    como un parque
    en la ribera.

    Castañeo
    en el blanco
    del jazmín
    aprisionado
    en el perfume
    de las letras
    imprecisas.

    Mis pisadas
    corren tras tu llanto.

    Seguido de claveles,
    las mañanas
    que anidaron
    en el tiempo
    de tus manos,
    borraron su raíz,
    desdibujando
    el latir
    de tus palabras.

    Silenciosa
    fue tu noche,
    escondida
    tras el rubor
    de tus mejillas.

    Al amanecer,
    la figura de tu
    ventana
    rota
    quiebra
    el tapiz
    de la luz
    sobre tus ojos.

    Viajas
    descansando
    en tus párpados,
    dormida,


    ya silbando
    con los pasos
    de las aves;
    quietud de
    balcones
    semiabiertos,
    en el crepúsculo lunar
    de tu sonrisa.

    Pinceladas de Septiembre
    en tus ojos de Octubre,
    yaces enhiesta
    descansando
    en la brisa.

    Tu despertar,
    tu silencio.

    Los labios tuyos
    cantan
    la mañana,
    tus manos
    se alzan
    en la cúspide
    del cielo,
    y llora tu alcoba
    la luz
    de los desvelos.

    Enjuagándome
    en mi noche
    de arcos
    y centellas,
    un abismo
    anciano
    catapulta
    el destello
    de mi árbol
    en la palma
    de tu mano.

    ____________________

    Viaje desmedido en la anunciada Primavera
    Pequeña serenata
    de mi corazón
    hecha,
    libre dulzura
    de tu alma,

    que en madrugadas
    sostiene mi
    sueño...

    Aborigen
    del centauro
    que recorre
    inédito las esmeraldas
    quietas
    de mi pasión,
    en el perfume
    de la tierra,
    con enmohecidos
    colores
    de esperanza
    fuerte...

    Y viajan
    tras los vidrios
    las barnizadas
    miradas de socorro
    de la gente,



    invocando
    la voladora arcilla
    de la nobleza
    peregrina.

    Sostiene ya
    tu canto y tu inocencia
    el infinito peso
    de mi fragilidad.

    Me complace
    la llegada,
    este insomnio,
    esta vertiente
    de esperanza
    destrozando mi descanso,
    careciente de siluetas
    en la sombra
    de esta noche.






    Son,
    como golpes, son
    los dulces latidos
    que nacen
    y duermen,
    y ya duermen.

    ¿Cuántos despertares
    insomnio, descanso y creación
    de los llamados
    en las bocas sedientas,
    pluma y corazón?

    Las llaves de mi sueño,
    el valle que recorre
    mi camino,
    los suspiros,
    los amados,
    la saciedad en la calma,
    los amores augurantes,
    ¡La esperanza quieta!




    La noche innovada
    de flechas,
    la inquieta
    aurora
    que me despliega
    el alma,
    claudican mi mañana.

    El amanecer
    cuaja
    su luz
    en cualquier parte,
    y en mi desvelo
    se adormece.

    Gaviotas,
    ojos de miel
    y arena,
    cubren la playa de silencio.

    Tácitas, las mañanitas
    blancas
    de las zapatillas
    anuncian
    la pureza.

    La tela de mis sueños
    Del oscuro descanso
    de la noche,
    se vuelven mis luces
    hasta encontrarte.

    Hallo la tiza
    presente, aún
    en el pupitre,
    la llave escondida
    en la mañana de mis sienes.

    El plafón de las sombras
    se abre
    en el abanico de los muros,
    y el descanso en el
    papel sombrío
    se ilumina.







    El candelabro
    de los astros
    en las velas
    del cielo
    se enciende
    en las palabras
    con que mi corazón persigue
    tu silencio.

    El camino
    se arrebata
    en el sendero de los claustros
    vacíos,
    y melódicos navíos
    dan paciencia
    a los altares
    de las fiestas,
    en los rectángulos
    pictóricos
    del tiempo.

    Nacía el agua.



    Nacía el Sol
    en el alba
    que giraba.

    Vertíase
    en ángulos hambrientos
    de llamadas y llantos,
    solicitudes
    y súplicas
    que eran
    espectros latentes
    en el escenario
    de la noche.

    ____________________

    Hechizo de palabras
    Olimpíada de bosques
    donde yaces
    quieta,
    me acerco desde la sombra
    aproximando
    mis palabras
    de puente roto.

    Hechizo del sastre
    de la corteza
    del árbol
    que adormece,
    encesto a tu lado
    el césped
    de mi cuerpo,
    con mis manos un nido
    de ramitas
    en el sendero
    del aire.

    La húmeda y fresca tarde
    se desliza
    como complejo del alba,
    mientras arrimo
    mis palabras
    movidas
    desde los árboles.

    El viento acompaña
    las hojas
    y nutre nuestros ojos
    húmedos.

    Desde el viento viaja
    la vida:
    las alas de las flores,
    los cuellos esbeltos
    de los ojos que
    nos observan.

    Entera eres
    como el viento,
    situada
    lejos de mí,
    trastocando
    mis oídos
    y las tenues notas
    del alba.

    Enardeces
    con la caída
    de tus manos
    en el perfume
    de la hierba.




    Enhiesta como un trazo
    de arena
    tú desgastas
    la lluvia.

    Río que permanece
    en el bosque
    llamando
    a mi puerta
    con el conjuro
    de la noche.

    Eres el paso más pequeño,
    y la voz
    que es emblema del tiempo.

    Ya las noches se adueñan
    de los mares de mis sueños,
    y las gotas anteriores de tu canto
    florecen en el bosque tupido
    de mi infancia.

    Ecos de las puertas
    abriéndose,
    reclaman las profundidades.
    Galeón que sostienes
    en las alas,
    pintando
    la noche
    desde las palomas.

    Ardes como un crisol
    en mi pecho,
    extinguiendo la noche
    a través de la lluvia.

    Atisbando la planicie
    de mi alma
    la tarde me obscurece
    con el llanto
    de las hojas.

    Sendero trémulo
    en la cascada
    de tus labios,
    tus ojos sueñan
    la noche
    en la alcoba
    del amanecer.

    Anunciada florecida en el velo de mi mente

    Envuelto en el trazo de la luna
    ------------------------------------------- Solitaria
    se desborda tu congruente primacía
    ------------------------------------------------como la nieve del agua

    rojiza, llamaradas en la tarde

    --------------------------------------------------------- anidando entre mis brazos

    se despide somnolienta

    ----------------------------------------------------------- tu finura terrestre

    eclipsando la luna desde el alba

    --------------------------------------------------------- convidando a la hermosura

    que yace entre tus brazos

    ----------------------------------------------------------- que se apiada de la noche

    envidiando tu silencio,

    ------------------------------------------------ en la blanca armonía que despide el asombro

    bajo tus pasos el suelo que derriba la figura

    --------------------------------------- del abismo, en la comarca estelar de tu vertiente.

    tu silueta en el silbido del viento

    --------------------------------------Se encuentra en el abismo pictórico del Tiempo,

    rodea mis lumbares coreografías

    ------------------------------------------------------- llamándote

    y la noche implora suplicante, el dorsal campo de la ambigua Orquesta

    --- escuchando el voraz apetito de la lluvia,

    crepitante,

    --- terrestre,

    avanzando por los cauces donde sueñan

    los mares,

    eficaces

    noctámbulos del sueño.



    Envuelto en el trazo de la noche,
    en ti se confunde mi perseguida distancia,

    ¿Porqué tus ojos son como el cristal
    ----------------------------------------------- donde amanece la luna?

    Capitán de mi distancia
    el destino ciego
    alumbra
    las cambiantes sombras.

    Tus manos despiden y encuentran
    mi barca
    como un guijarro inútil.

    Es la lluvia
    el portal a donde regresan
    mis recuerdos.

    ¿Porqué tu risa
    --------------------------------------- se confunde con el mar que ancla las velas de mi mente?



    Paloma innata.

    Tu voz
    es la censura del viento
    en la música
    del ave.

    Espejo de mis sueños,
    el latido de este viaje
    es el ronquido de las vías
    bajo la clepsidra misteriosa
    que mueve las nubes.

    Oleaje, oleaje en lo profundo.

    Desencuentro de dos Universos.

    Espirales que conmueven el tacto errático
    de los soles, cambiantes.

    La voz de las montañas
    roba mis huellas
    y desciende
    en mis encantos.

    La bóveda estelar
    trasluce
    las épicas pisadas
    del relincho
    en el caballo.

    Te llevo en los contrastes resquebrajados
    de la corteza de los árboles sedientos.

    Como campana, besando el alba
    delante de tus ojos
    quiero amarte.

    Eclipse de los días,
    figura solitaria,
    en los nidos de la selva
    tu figura
    se desata.

    Es un sueño
    preciso
    en los vértices
    de un
    cuadro.

    Tu rostro perfuma
    el recuerdo, los compases dormidos
    del olvidado reposo.

    Anida en tu tierra
    la forma
    del primer altar,
    buscando las raíces de las flores.

    Es el viento la triste sinfonía
    que rueda tras las ventanas
    dibujando
    con las hojas.

    Desatado, anillado en ti.
    La tarde ha desmedido
    tu semblante.

    El rocío en el aire que acapara mis noches
    en la madrugada del verano.
    -
    ...Y recuerdo que hoy
    y desde ayer
    espero la congruente melodía
    de la verde Primavera.


    La curva de tu nombre


    Di al este de tu nombre
    el confiado estrellado sueño
    que en las palmas de hombre
    sueñas, la figura de tu dueño.

    Clamas, y por ti el viento provoca
    la lentitud del animal que cobra
    el sueño de tu áurea justa
    que desea en el barro deshacer la roca.

    Si en tu misterioso carácter escondido
    en la trama vulgar de mi incipiente asombro
    se esconden, y no veo
    las lágrimas que rodaran por tu hombro,

    la noche del alba ajustará mis relojes
    en el perfil de la dichondra que se arrima,
    con la justa calma la plenitud se afirma
    en la estrella en que desborda tu mensaje.





    Florecida Serenata

    A tu lado, el celestial pasaje
    del alma, que se afirma con cautela,
    a tus brazos con que el tiempo afirma,
    destella la aurora que vuela
    con extraño equipaje
    con que el desvelo ama
    el lucero de la solicitud de la constancia,
    prisionero mi corazón de tu distancia.

    La ciudad es llena de ti,
    es tu plenitud la llama
    que con el borde de la calma
    el tiempo agota la sombría mañana
    y el arado fecundo, que de mí
    se acuerdan la constancia y la lluvia
    el espacio uniforme, recordando las ganas
    de aliviar el dorso de las hojas y el ansia de novia.







    Como fortuna errante
    la estrella y luna menguante
    descansan mi corazón perdido
    por la flor que por el viento ha ido,
    suplicando los colores al alba
    en la voz trémula que cuenta la dulzura
    que de tus labios es premura;
    prematura la brisa que mi alma pintaba.

    Sobre tu alma un nido de risas
    dibujaban un brío de tizas.
    Clamor hoy con que el tiempo discurre
    soplando sobre mis velas
    mientras las alas llueven;
    olimpíada de tu nombre donde en el cielo transcurre
    la flota de nubes que renueva
    el refugio del sol, donde tú vuelas.








    El tiempo, en su plenitud, llama al verdadero
    minuto de amor que ensombrece mi pasado;
    como una triste cima la noche se me envuelve
    en el oscuro caminar del bebedero
    del llanto, que en el rocío, amaneciendo, al compás vuelve,
    del reloj con sus agujas de silencio usado
    para variar los segundos que se arriman
    a componer los sonetos del viento, donde las flautas riman.

    Calmo, mi corazón desdeña del presente
    el furor de ansia y juventud que ancla en el vientre.
    Azotadas, las cadenas de mis sueños se han soltado,
    como soldados de amor donde mi pensamiento repentino
    anida en los secretos del pasado.
    Dueña de mi espera, en la noche recorrerás mis ojos
    atisbando y susurrando a mis oídos,
    en la calma que teje tu descanso, en tu lecho de verano.








    Lucías el atardecer en tu semblante
    pintando el nido de tus notas, despidiéndote
    de la soledad, y el alma solitaria.
    El conjunto de tu luz era de rubio caoba
    y silenciosa noche, que sobre el arco de la vida temeraria
    estremecías al ave que de mi corazón tu mano roba.
    Es así que en el principio sustentabas
    el ancla de mi viaje, que en tus sueños atabas.

    ____________________

    Sintiéndote
    Despiertan mis ojos
    cuando estás triste.
    A veces,
    la gruta de mi boca
    se derrumba,
    cuando quisiera
    despertar tus oídos
    de lluvia.





    Se forma escarcha
    en mi espalda,
    cuando veo crecer
    la sombra
    de mis alas
    frente a tu sonrisa...

    Y si tus ojos
    se ciñen
    en el olvido,
    contemplo un
    instante
    quieto,
    de tu silencio...

    Y cuando despiertan
    las llamas
    de tus ojos,
    me atraviesa un rayo
    de luz,
    y mis manos
    tiemblan,
    siento un aire
    frío.

    Me encanta
    y me deslumbro
    cuando veo que no eres
    la imagen de la ausencia,
    y hacia la obscuridad
    de las ventanas,
    viaja tu luz
    de sol.

    Eres como el tiempo,
    eres inexorable, en ocasiones.

    Pero otras veces,
    eres como el agua
    que todo lo inunda
    y puedo sumergirme
    y regocijarme
    con tu claridad.

    Cuando me cautivo
    con tu soledad,
    un remolino
    invade la mía, y se lleva
    todos mis recuerdos
    y mis pensamientos.
    Ayer me di cuenta,
    mirando a través de la ventana
    turquesa,
    que hoy volveré a verte.

    He visto un brotecito nuevo
    germinado de esperanza,
    y cuando escuche hoy
    la cascada dulce
    de tus labios,
    será como si cien
    mariposas
    se posaran
    en mi cuerpo.

    ____________________

    Sencilla
    Horizonte calmo
    que anidas
    en el trazo
    de las uvas,
    enciendes en mí
    la noche apaciguada de silencio.
    Tristeza en el llano,
    la luz se quiebra
    por el racimo orfebre
    de las brasas.

    El triángulo
    mar, cielo, tierra,
    se acuesta
    sobre esta noche enfurecida
    más allá,
    en las profundidades y las sombras.

    El oído del mar
    llama a la tierra
    y el rocío se funde
    en mi alma huidiza,
    como un penetrante silbido
    de confianza.







    Y como la noche
    era
    desvestí el rostro de la
    luna
    en el solitario
    murmullo
    de tu voz
    vacía.



















    REYNA GALACTICA
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    Mensaje por REYNA GALACTICA Vie Mayo 04, 2012 10:45 pm

    Felicito tu creatividad en erupción! Este poema requiere varias lecturas.


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    Mensaje por caminandobajolalluvia Dom Mayo 06, 2012 9:46 pm

    Muchísimas gracias, Reyna!!!!! Un abrazo enorme!!!! Very Happy

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