Para flores radiactivas
Primero, polución, la guerra, el getho,
del campo a la ciudad, de allí a la inquina,
mientras más altas torres más termina
por ser Babel su historia y su amuleto.
¿Qué es la verdad, qué importa su secreto,
si hoy sólo vive aquél que te asesina
si hoy nadie cruza sombras ni neblina,
pues ya no queda fe ni por decreto?
Por eso el niño es gris; el aire, inquieto,
y la luz una oferta en la vitrina,
por eso ya no hay paz en el aprieto.
Y en medio del horror, cual lluvia fina
el sol se deshojó sin otro reto
que el rayo de su amor contra la ruina.
26 03 12
Primero, polución, la guerra, el getho,
del campo a la ciudad, de allí a la inquina,
mientras más altas torres más termina
por ser Babel su historia y su amuleto.
¿Qué es la verdad, qué importa su secreto,
si hoy sólo vive aquél que te asesina
si hoy nadie cruza sombras ni neblina,
pues ya no queda fe ni por decreto?
Por eso el niño es gris; el aire, inquieto,
y la luz una oferta en la vitrina,
por eso ya no hay paz en el aprieto.
Y en medio del horror, cual lluvia fina
el sol se deshojó sin otro reto
que el rayo de su amor contra la ruina.
26 03 12
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