En mi universo de silencios

EN MI UNIVERSO DE SILENCIOS

Alfredo, te hallé luminoso allá en el filamento
entre rosas cósmicas
que florecían blancas y negras.
Negras como el recuerdo
blancas al soñarte dueño de mis eróticos planetas.
Alineando hormonas en mi cuerpo,
soñé luego tus ojos siendo eclipse de mis lunas.

Tú mi sol,
como quisiera tenerte cerca de mi lujuria
¡quemando mi pecho con un rayo de tus labios!
y con otro haciendo erguir mi miembro.
Te canté soledades luego,
miles lágrimas como estrellas pérdidas
en el único de mis aciertos,
no eres mío, aunque mío te haya hecho.

Te lloré rencores luego
al caer en un planeta sin oxigeno
ahogado en el cráter de mis sabanas mojadas
en mis lagos blancos de madrugada
retorciendo cosmos y deseos.
Pensándote desnudo y Rey de mis letargos
o Cepheus de mis galaxias enamoradas,
Andrómeda de mis coronas no conquistadas
u Osiris del jamás, pues no te tengo.

Seré yo Quark en tanto espacio ilusionado,
grande en mi enamoramiento,
miseria en mi realidad terrestre.
 

Las rosas ya no son cósmicas
ni blancas, ni negras, son rojas,
pues amanece de nuevo
y un ave canta que canta
el mismo aleteo mañanero de no tenerte.

Regreso yo a la tierra contaminada de verdades,
al agua marrón que sucumbe mi identidad
y al sol que calienta la tuya.
Ya no eres mi rey,
ya no eres corona que ilumina mis gemidos,
vuelves a ser mi macho anhelado
hecho todo de recuerdos.

Ha amanecido,
lo denotaban aullidos
ahí estás tú mi amigo
hecho todo humano
guapo de baja de estatura
y ancho de labios gruesos.
Ya no eres el homosexual que tanto anhelo
eres como siempre has sido; ¡un macho hetero!

Ya no eres Cepheus,
ya no eres Andrómeda,
eres simplemente un amigo
al que tanto amo en mi universo de silencios.