Regálame un minuto
Regálame un minuto de tu tiempo
para llevarte al cielo de mi amor,
para dejar tu cuerpo con la huella
del amor jamás sentido.
Un minuto en mi cielo te consume
en el más grande de los deseos.
Te envuelvo con las nubes de mis besos,
te tapo con el fuego de mi estrella,
vacío en tu boca mis sentidos.
Ni el sol en su máximo esplendor
podrá opacar todo mi amor.
Tejeremos miradas encontradas,
siempre con las ganas de más,
porque en mi cielo el deseo no se acaba.
En un minuto tu piel sentirá,
bajar la luna por tu cuerpo
y quedarse a beber de mi licor,
licor de dioses, que te ofrezco:
el elixir de cielos azulados.
En cada rincón de tu pudor
quedamos abrazados, con los dedos
desnudos en niebla de puro amor.
Sentidos los cuerpos en segundos,
un minuto en mi cielo es eterno,
te adopto con mi cuerpo destapado,
crecidos los trigales donde duermes.
Las cumbres de mis pechos en ti duermen
y tú, sediento de mí, bebes.
Dejo caer el aura que me cubre para poder
vivir ese momento, cual ninguno.
En otro cielo jamás disfrutarás.
Solo en mi cielo el placer te hará sentir...
que solos tú y yo, será un minuto
que no olvidaremos.
Alicia Pérez Hernández
Regálame un minuto de tu tiempo
para llevarte al cielo de mi amor,
para dejar tu cuerpo con la huella
del amor jamás sentido.
Un minuto en mi cielo te consume
en el más grande de los deseos.
Te envuelvo con las nubes de mis besos,
te tapo con el fuego de mi estrella,
vacío en tu boca mis sentidos.
Ni el sol en su máximo esplendor
podrá opacar todo mi amor.
Tejeremos miradas encontradas,
siempre con las ganas de más,
porque en mi cielo el deseo no se acaba.
En un minuto tu piel sentirá,
bajar la luna por tu cuerpo
y quedarse a beber de mi licor,
licor de dioses, que te ofrezco:
el elixir de cielos azulados.
En cada rincón de tu pudor
quedamos abrazados, con los dedos
desnudos en niebla de puro amor.
Sentidos los cuerpos en segundos,
un minuto en mi cielo es eterno,
te adopto con mi cuerpo destapado,
crecidos los trigales donde duermes.
Las cumbres de mis pechos en ti duermen
y tú, sediento de mí, bebes.
Dejo caer el aura que me cubre para poder
vivir ese momento, cual ninguno.
En otro cielo jamás disfrutarás.
Solo en mi cielo el placer te hará sentir...
que solos tú y yo, será un minuto
que no olvidaremos.
Alicia Pérez Hernández
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