Tambores

Tambores

Tambores, tambores, yo escucho tambores,
mas no en mi cabeza, ni en torres ni en flores,
tampoco en el ojo que sigue a la abeja,
ni en cuerpos que sudan, ni en hilo o madeja,
tampoco en los mares que salan la tierra,
ni en campos sin frutos, ni en gritos de guerra,
ni en las soledades cubiertas de espanto,
ni en las melodías con que el grillo es canto,
ni en viejas ciudades que aguardan la ruina,
ni en nuevos joyeles de alada vitrina,
tambores que vienen, tambores que asaltan
los sueños, los nombres de quienes nos faltan,
los rostros queridos que forjan la historia,
los ríos perdidos que abrevan la gloria,
las piedras del parque, las bocas del lobo,
los dientes del sable, las risas del bobo,
tambores que callan, pero que aún escuchas
si duermes, si fallas, si siguen tus luchas,
del tiempo timbales, del aire cencerros,
en fiestas, en trances, en misas o entierros,
tambores ausentes, ficticios, soñados,
pero que te atisban con puños cerrados,
con tacto de cuero, con nervios de palo,
con la transparencia del bueno y del malo,
la nieve los carga, la roca los pule,
las calles los cantan, los sellan con hule,
ninguno los oye, no los ve ninguno,
mas suenan y suenan de hartazgo y ayuno,
tambores de vida, tambores de muerte,
tambores que acaso redoblan mi suerte
o incendian los gritos o apagan los besos,
tambores que libran del odio a los presos,
del hambre a los pobres, del miedo a los ricos,
tambores mordidos por fauces y hocicos,
blandidos con arte, con furia con gracia,
besados de noche sin otra falacia
que un ritmo, que un pulso de tiempos mejores,
tambores, tambores, yo escucho tambores.

02 09 11

Me encanta como escribes...¡Enhorabuena!
Marisa