***Mujer Enamorada***
Languidecía en esa apatía
de ver los días pasar,
todos iguales…
Sin que por su horizonte
se asomara un pretexto,
que le arrancara una sonrisa.
Pero un día sin previo aviso,
sin invitación hizo fanfarreas
en su corazón y la dejo temblando.
Desde aquel día sin saber cómo,
ni porque, una sonrisa se pinta,
en sus labios que chorean miel.
Las flores, las horas y los días
ya no son iguales porque en su
vida corren manantiales de ilusión.
Por las noches las estrellas
repican de alegría
y durante el día el corazón
se le hincha como sandia.
Su vida gira en función de él,
el vestido que escoge, el perfume
que denota, incluso lo que se le
antoja para comer.
Porque ella se ha enamorado
y en cuerpo, corazón y alma
a su hombre se a consagrado.
Cuando él la besa la miel
de sus labios se confunde,
con el sabor salado de las olas
de alegría que brotan de sus ojos.
Porque cuando se besan hasta sienten,
la temperatura de la sangre,
de esos cuerpos febriles como abriles.
Cuando siente como sus manos
se deslizan por su cuerpo,
que reacciona con escalofríos
y temblores…
Así saturada de amor se entrega,
como el rio a la rivera…
Como una fiera al cazador que supo
conquistar su amor.
Enamorada y extasiada cada entrega
es una oración que se aúna
a la creación que hace con cada beso,
con cada gemido una canción.
Porque cuando una mujer se enamora,
Dios empieza preparar a los ángeles
que ha de despedir, para luego hacerlos
posar como estrellas en su vientre.
Oxwell L’bu Copyright © 2011
Languidecía en esa apatía
de ver los días pasar,
todos iguales…
Sin que por su horizonte
se asomara un pretexto,
que le arrancara una sonrisa.
Pero un día sin previo aviso,
sin invitación hizo fanfarreas
en su corazón y la dejo temblando.
Desde aquel día sin saber cómo,
ni porque, una sonrisa se pinta,
en sus labios que chorean miel.
Las flores, las horas y los días
ya no son iguales porque en su
vida corren manantiales de ilusión.
Por las noches las estrellas
repican de alegría
y durante el día el corazón
se le hincha como sandia.
Su vida gira en función de él,
el vestido que escoge, el perfume
que denota, incluso lo que se le
antoja para comer.
Porque ella se ha enamorado
y en cuerpo, corazón y alma
a su hombre se a consagrado.
Cuando él la besa la miel
de sus labios se confunde,
con el sabor salado de las olas
de alegría que brotan de sus ojos.
Porque cuando se besan hasta sienten,
la temperatura de la sangre,
de esos cuerpos febriles como abriles.
Cuando siente como sus manos
se deslizan por su cuerpo,
que reacciona con escalofríos
y temblores…
Así saturada de amor se entrega,
como el rio a la rivera…
Como una fiera al cazador que supo
conquistar su amor.
Enamorada y extasiada cada entrega
es una oración que se aúna
a la creación que hace con cada beso,
con cada gemido una canción.
Porque cuando una mujer se enamora,
Dios empieza preparar a los ángeles
que ha de despedir, para luego hacerlos
posar como estrellas en su vientre.
Oxwell L’bu Copyright © 2011
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