Como empezar
rompiendo el hielo
Y desatar esta conformidad.
Desaparece el humo
Para ver esas cenizas
Que el olvido selectivo,
no quiso negociar.
Se siente tan vacio
No haber dicho
Tan solo, lo que quiero.
No robar el beso
Que te despierte del sueño,
Y reacomodes al muerto
Que no sale del placar.
Siento que me enciendo,
Con cada bocanada
De mierda y humo.
Y sigo sin existir
Por no enamorarme
Como la primera vez,
En aquella plaza donde te vi.
No llegaré a la cima
Ni la gloria me rascara los huevos,
Pero dejame que te diga
Que después de cada caída,
Tengo la necesidad de subir de nuevo.
Ya de pibe era asi,
Me mareaba con cigarros
A escondidas de papá,
Compartiendo vino,
Con chupetes, chorizos
Y apodos por el estilo,
Que de pronto
Me encontré de gira,
En reuniónes de poetas
Con almuerzo a la carta,
y de postre, lo que quieras.
En los medios me congelo,
y en los extremos,
llegando al cerco,
la veo pasar desde adentro.
A veces me da indiferencia la derrota,
y pienso que es cuestión de los años,
de haber perdido tanto…
pero en este segundo donde respiro el humo,
me doy cuenta,
que tampoco tengo con quien compartir
mis victorias.
A veces me pierdo en el silencio,
Tratando de oír un silbido
que me venga a buscar,
a dar unas cuantas vueltas en bici
y quizás este la niña
la de la plaza, a la cual por verla,
de pibito... me caí.
PD: La verguenza es un analgesico muy efectivo.
rompiendo el hielo
Y desatar esta conformidad.
Desaparece el humo
Para ver esas cenizas
Que el olvido selectivo,
no quiso negociar.
Se siente tan vacio
No haber dicho
Tan solo, lo que quiero.
No robar el beso
Que te despierte del sueño,
Y reacomodes al muerto
Que no sale del placar.
Siento que me enciendo,
Con cada bocanada
De mierda y humo.
Y sigo sin existir
Por no enamorarme
Como la primera vez,
En aquella plaza donde te vi.
No llegaré a la cima
Ni la gloria me rascara los huevos,
Pero dejame que te diga
Que después de cada caída,
Tengo la necesidad de subir de nuevo.
Ya de pibe era asi,
Me mareaba con cigarros
A escondidas de papá,
Compartiendo vino,
Con chupetes, chorizos
Y apodos por el estilo,
Que de pronto
Me encontré de gira,
En reuniónes de poetas
Con almuerzo a la carta,
y de postre, lo que quieras.
En los medios me congelo,
y en los extremos,
llegando al cerco,
la veo pasar desde adentro.
A veces me da indiferencia la derrota,
y pienso que es cuestión de los años,
de haber perdido tanto…
pero en este segundo donde respiro el humo,
me doy cuenta,
que tampoco tengo con quien compartir
mis victorias.
A veces me pierdo en el silencio,
Tratando de oír un silbido
que me venga a buscar,
a dar unas cuantas vueltas en bici
y quizás este la niña
la de la plaza, a la cual por verla,
de pibito... me caí.
PD: La verguenza es un analgesico muy efectivo.
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