No es necesario que la sombra de tu vigor llame a la testa
de un solícito verbo errante que acopla en su bandada
penetrantes ojos de noche enamorada,
hacia el silencio de tu dulzor que en la cúspide desista…
No se clausura único amor con el alma destemplada
en el sigilo de una ardua noche de manto primoroso
engalanada sobre el estro de una sombra murmurada
aquietando su rubor cuasi desnudo, nemoroso…
Hacia el vago candil vela, tu süntüosa ala silvestre
que sobre el ébano la miel, la espuma, ala campestre
la noche ampara en sü milagro de sombra inigualable
la pulcritud de las estrellas en una plata malëable…
Acierta un ruego de noche y de alabastro
el solo eco del silencio cual duna, cual mi astro
escabulle su irisada cobra sobre el sesgo de un abismo,
la sombra de la noche es azul conmigo mismo…
Devana el tiempo y pregona sal en los laureles
cual sombra murmurada iridiscente cual vergeles
que en tus manos, sobre el alba arrüina con sus plectros
el sabor de la mañana con el alba de tus centros…
Otëa sin la rama la vanguardia es sólo aroma
en plenitud ropaje leve y mazmorra de centeno
sobre el alba duna apela a la sombra del ameno
canto sobre el ascua que en su llanto toma…
Al rëdil de tu vuelo, en nupcias oro canto
a tus alas, tu bandada de sigilo y de quebranto
sobre el agua mineral que espuma acierto en celo
sobre luces de cristal, amigas de un pañuelo…
Arremete espumoso y venidero su chalupa
sobre el vano oro del vientre que sü mar ocupa
hacia esqueleto de sal que el robre cuerpo ampara
la luna medieval que su cuerpo se adueñara…
Es bruma tanto al verso, como verso es a la bruma
su sendero musical que restaña lo callado
y se impropia sü reclamo cual simiente purpurado
a su nieve de cristal que la luna me consuma…
A su adverso sólo tañe en su dulzura reciclando
la marea de su sol que en la espuma da marëa,
y en su cielo hondo derräma lo que asiduo muere en tea
su murmullo, sus espinos que en la lluvia van cantando…
Restaura un sösiego que en la sal muere en derrota
solazar de sü marëa la distancia de su testa,
cual la luna ha igualado en el hielo donde asesta
el murmullo vertical del reclamo de su gota…
En su halo inigualable la luz en noche exorna
la bahía mineral donde ciega su alabastro
en la espuma de su miel donde muere en aquél astro
la menor de aquellas rosas, su perfume entorna…
Así el hilo que se teje en su claustro la poesía diera
en su abrigo la bandera de lozana primavera,
y en crepúsculo sus alas brindaban mil maneras
de celar cuanto pudïera la flor, dulces quimeras…
A su dialecto la pluma no escribía mientras tanto,
su tinta excede lo que al alba el pájaro se roba
ä su dintel velado la rima de su prosa espanto
cuando al alba tu recuerdo, tu cabello arroba…
Y en el numen que el denuedo sombra vitupera,
náyade te sueña en la oscura Primavera…
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