En un rincón del fin del mundo, Adalid encontró un espejo vació, no podía verse en el y asombrada fue a ver, al hombre mas sabio de la aldea, entre libros polvorientos lo encontró, la joven Adalid le hablo de su tesoro y el genio incrédulo acepto ver el fenómeno, pero encontró a la joven reflejada y su osadía reprocho
– niña tonta, lo que dices es imposible así lo dicto la ley de la física.
Con lagrimas en el rostro salio a buscar quien le creyera, en su camino encontró un sacerdote, que al escuchar a la joven reprimió.
-es imposible niña tonta, así lo dicta la ley de dios.
En una tienda se metió, los objetos mas exóticos exhibía y temerosa pregunto, si tenia entre sus cosas un espejo que no reflejara, el tendero se echo a reír.
–niña tonta no existe, así lo dicto la ley de fabricación
Leyes tontas por que niegan lo evidente, no hay nada en este espejo el espejo le hablo, no reflejo pues enamorado estoy de tu figura quiero sea mía, y sin mas, la atrapo.
Meses pasaron, la preocupación del sabio el sacerdote y todo aquel que no le creyó, creció, fueron a mirar su hogar y solo encontraron, un cuadro recargado en la pared… y asombrados vieron como la imagen se paraba de su silla y la abandonaba…. si alguna vez vas a un rincón del fin del mundo y preguntas por Adalid, seguro llegaras a su morada, si eres paciente y crees en ella talvez la veas pasar
– niña tonta, lo que dices es imposible así lo dicto la ley de la física.
Con lagrimas en el rostro salio a buscar quien le creyera, en su camino encontró un sacerdote, que al escuchar a la joven reprimió.
-es imposible niña tonta, así lo dicta la ley de dios.
En una tienda se metió, los objetos mas exóticos exhibía y temerosa pregunto, si tenia entre sus cosas un espejo que no reflejara, el tendero se echo a reír.
–niña tonta no existe, así lo dicto la ley de fabricación
Leyes tontas por que niegan lo evidente, no hay nada en este espejo el espejo le hablo, no reflejo pues enamorado estoy de tu figura quiero sea mía, y sin mas, la atrapo.
Meses pasaron, la preocupación del sabio el sacerdote y todo aquel que no le creyó, creció, fueron a mirar su hogar y solo encontraron, un cuadro recargado en la pared… y asombrados vieron como la imagen se paraba de su silla y la abandonaba…. si alguna vez vas a un rincón del fin del mundo y preguntas por Adalid, seguro llegaras a su morada, si eres paciente y crees en ella talvez la veas pasar
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