En monumento asciende y torna bello lo que suspira
por el baño reclinado de mil flores de hojarasca
y en alas blancas se incorpora lo que hunde, atasca
el brusco salto a volar, aire retira…
Y en la semántica la nube, ojo del dial
fue párpado níveo, luna de cristal
que el oro atañe su lento vals remueve
su llanto hostil remanso de la nieve…
Agracia lo que goza el manantial ingrato
que sobre el eco del timbal la sal derrota
lascivo llanto baña la sal que no es recato
la luna es de cristal, la lágrima se agota.
Cual Minerva dulce eres, y sobrado estigma
a dócil murmurar la lluvia del ganado
visceral extravío con la sombra a un prado
minúsculo versar de oro, dulce enigma…
Que surca y entreteje la huella no denota
la sal, la algarabía que, profunda,
sosiega la mitad del alba que derrota
la ingrávida mitad del alba que se ahonda.
Someramente sueño música en la alborada,
como aquieta un suspiro la azalea penetrante
de un hondo porvenir y madero de un instante,
lluvia en el cristal, y perfume a enamorada.
A Sol, navío sol, y sol dócil avieso
la cumbre del navío hace gentil estrago
de sombra de cristal donde el mar, ileso
fue sombra al murmurar, un sol amago…
Y en cintas de cristal de cristal el llanto mueve un barco
que es sombra en el vaivén, es sombra al cabo
que nupcias de cristal, lo mueven, arco
que se va de colores, y lo elevo.
A Sol de quebranto, oro y panoja
recluido en el hartazgo de ser sombra y verano
ala su propia esbeltez, su propia mano
y a las alas del viento sus alas arroja.
Cual asomo de los cauces que se vuelven fuego,
arropan mineral entre tanto crepúsculo
aloja un llanto visceral y voz en el apego
su lenta congoja y mar al mar del suelo.
Voces navías y sombra al arrebol
cantar de dos cantares, bravío el oro Sol.
por el baño reclinado de mil flores de hojarasca
y en alas blancas se incorpora lo que hunde, atasca
el brusco salto a volar, aire retira…
Y en la semántica la nube, ojo del dial
fue párpado níveo, luna de cristal
que el oro atañe su lento vals remueve
su llanto hostil remanso de la nieve…
Agracia lo que goza el manantial ingrato
que sobre el eco del timbal la sal derrota
lascivo llanto baña la sal que no es recato
la luna es de cristal, la lágrima se agota.
Cual Minerva dulce eres, y sobrado estigma
a dócil murmurar la lluvia del ganado
visceral extravío con la sombra a un prado
minúsculo versar de oro, dulce enigma…
Que surca y entreteje la huella no denota
la sal, la algarabía que, profunda,
sosiega la mitad del alba que derrota
la ingrávida mitad del alba que se ahonda.
Someramente sueño música en la alborada,
como aquieta un suspiro la azalea penetrante
de un hondo porvenir y madero de un instante,
lluvia en el cristal, y perfume a enamorada.
A Sol, navío sol, y sol dócil avieso
la cumbre del navío hace gentil estrago
de sombra de cristal donde el mar, ileso
fue sombra al murmurar, un sol amago…
Y en cintas de cristal de cristal el llanto mueve un barco
que es sombra en el vaivén, es sombra al cabo
que nupcias de cristal, lo mueven, arco
que se va de colores, y lo elevo.
A Sol de quebranto, oro y panoja
recluido en el hartazgo de ser sombra y verano
ala su propia esbeltez, su propia mano
y a las alas del viento sus alas arroja.
Cual asomo de los cauces que se vuelven fuego,
arropan mineral entre tanto crepúsculo
aloja un llanto visceral y voz en el apego
su lenta congoja y mar al mar del suelo.
Voces navías y sombra al arrebol
cantar de dos cantares, bravío el oro Sol.
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