tal vez tu solo oído
que bruñía en el arco de la sombra y
entre las luces del suburbano eco de la quimera
semidormida de la ciudad
un lamento que oscilaba en la belleza
de tu respirar.
¿Porqué -me dije- nunca supe valorar la simple humanidad
de una mujer
que llega cansada del trabajo
al punto
de sentirme saciado con su acento
de pleno, en la estrellada bruma de
sus ojos
que encienden en la noche
más allá de un bienestar de barro,
una celosía de Cristal
donde se fulge un Sol
que hace crecer los maizales de mi corazón
desenfrenado ya, sin aliento, como papeles de diario de burdas noticias
y enloquecidos preámbulos
en ésta noche que
reaparece
entre sus manos
de mujer
de cielo y nieve
de agua y frescura
de piel que me conmueve
y enjuaga mis lágrimas?
» Roca clara...
» Signo en tarde de otoño
» Juramento
» CUAL, CUAL ,CUAL
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