Amores Lésbicos
Los primeros escritos, según mis averiguaciones, que se atribuyen a lesbianas datan del IV milenio antes de nuestra era en Babilonia, fueron escritos en lengua sumeria. Tal parece que el amor expreso entre mujeres no era visto con morbo enfermizo ya que estos textos hablan abiertamente del afecto lésbico: del amor entre dos mujeres. En la mitología Griega también encontramos muchas referencias a la homosexualidad femenina en las relaciones que se producían entre Artemis o Atenea y algunas ninfas de su sequito. Igualmente hay versiones de los mitos de Zeus y Calisto y de Leucipo y Dafne, donde uno de los personajes se trasviste en hombre como medio de seducción del personaje femenino. Claro, la distancia de la antigua Babilonia hasta nuestra época actual ha dado espacio para muchas malas interpretaciones, prejuicios, puritanismos morales, ignorancia fundamentalista religiosa, y un sin fin de injusticias en contra de los amores lésbicos. Y es de esta manera, con esta leve introducción, que da comienzo esta historia.
Allí estaban los dos cuerpos desnudos en pleno apogeo sexual como dos guitarras en perfecta armonía. Sirena sentía un poco de vergüenza, pues era su primera vez haciendo el amor con otra mujer. Sin embargo, Estrella era experta en el arte, y con mucha paciencia recorría el cuerpo de Sirena de punta a punta con su lengua de fuego y pasión. Lo más difícil fue el primer beso. Sirena con sus 21 años de edad ya había tenido sexo con hombres, pero el acto la había dejado mas insatisfecha que complacida. En la última ocasión, después de hacer el amor con su novio sintió un asco terrible, y terminó en un bar tratando de definir que carajos quería en realidad. Estaba segura que los hombres no saciaban su apetito sexual sino al contrario, le recordaban algún episodio infantil ya olvidado. Bebió ron, tequila y cerveza hasta ya no pensar. Fue el día que Estrella apareció en su vida, ella concurría a ese bar donde ella se encontraba, todos los fines de semana. Era alegre y coqueta, fina de gustos, y con un cuerpo que todo hombre que la miraba quedaba hipnotizado por su belleza. Al ver a Sirena triste, sola y medio despechada, se le acercó con la intención de entablar amistad. Mientras tanto Sirena al verla, sintió mariposas en su estómago, y un suave liquido mojar sus labios vaginales. Al instante, la miró a los ojos y la besó con rabia y lujuria. Ese sería el comienzo de un gran romance. Amor a primera vista.
A medida fue pasando el tiempo, y Sirena y Estrella se conocían mas a fondo, ambas se fueron enterando del pasado de cada una. La relación la mantenían en secreto, ya que el barrio en el que vivían era conservador y prejuicioso. Finalmente Sirena había conocido la felicidad al lado de Estrella, se sentía completa, una mujer satisfecha. Se enteró que Estrella siempre se sintió atraída por las mujeres desde chica, a pesar de haber crecido en un hogar católico, con padres estrictos. Jamás tuvo relaciones amorosas con un hombre, siempre supo que su orientación sexual era distinta a la de las demás chicas, pero nunca lo admitió en publico ni mucho menos a sus padres. Era una lesbiana en el closet, como se dice coloquialmente. Al contrario de Sirena que toda su vida la había pasado fingiendo el rol heterosexual tratando de convencerse así misma que le gustaban los hombres, hasta el punto que sintió nausea incontrolable. Ambas se comprendían y se satisfacían en la cama completamente. Cada beso llevaba furia, pasión desmedida y placer inmedible. Sus dos lenguas jugaban al borde de los labios por horas. Las manos y dedos se volvían el mejor instrumento para alcanzar el éxtasis. Cada encuentro duraba horas, y en ocasiones utilizaban parafernalia hedónica para satisfacer las palpitaciones vulvitas del deseo. Todo era un espectáculo babilónico y, el final siempre era predecible: orgasmo tras orgasmo. Así siguieron con su relación clandestina por mucho tiempo hasta graduarse de la universidad y poder independizarse y mudarse a otra ciudad para vivir vidas mas privadas, lejos de la familia y de gente prejuiciosa. Nadie se enteró de su íntima relación salvo el bar tender que las vio besarse la primera vez.
Un día, ya después de muchos años juntas, comenzaron a planear adoptar a un bebe para completar su felicidad. Ya habían pasado 20 años después de aquel primer beso y, su relación se había solidificado a través del matrimonio. Ahora vivían en Boston felices y contentas, pero alejadas de sus familias que aun no las aceptaban tal y cual eran. El amor entre ellas era puro y sincero. Fue entonces que Sirena le confesó a Estrella que había sido abusada por su tío (hermano de su padre) y su primo de 15 años cuando ella a penas tenía 9 años de edad. El abuso siguió hasta la pubertad. Se abrazaron y lloraron por largo rato y decidieron que si adoptaban a un bebe, serían las madres más cuidadosas del mundo, y que jamás impondrían su preferencias sexuales a su bebe. Lo o la dejarían ser libre para que buscase su propia felicidad y sexualidad. El derecho a buscar la felicidad, es un decreto clave sin precedencia de la Constitución de Estados Unidos de Norte America, la nueva Babilonia.
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